Amarante Baret, ¿quiere jugar a engañarnos?

Amarante Baret, ¿quiere jugar a engañarnos?

Van del silencio a la justificación. Se pintan como inocentes pero al final terminan ofreciéndonos un cinismo arrollador. ¿Cómo afirmar que no pasa nada cuando los medios, las redes y los correos electrónicos están plagados de denuncias y nombres? ¿Será que los funcionarios, acaso porque resulta más cómodo, viven al margen de lo que sucede?

Aún intento digerir la nota que envió el Ministerio de Educación “aclarando” que ningún dueño de terreno ha denunciado el cobro de peajes para pagarle. ¿Acaso no saben que el chantaje se da bajo coerción y amenazas de que, si denuncian de forma oficial, jamás cobrarán su dinero?

La respuesta de Educación es tan infantil como la afirmación de Carlos Amarante Baret al hablar del hermoso proceso (así dijo) que rodea los concursos y la construcción de obras escolares. ¡Qué bello es que se atrasen en el pago de cubicaciones –por verificaciones técnicas y trámites internos, afirmó- y que los contratistas tengan que endeudarse para construir una obra por la que deberían pagarles!

Puede que Amarante Baret tenga las mejores intenciones pero es absurdo que quiera vender una historia que no existe: la transparencia total en la compra de terrenos y de construcción de escuelas. ¿Es que acaso no se ha dado cuenta de lo que pasa en la Oisoe? ¿Nos va a decir que en Educación no hay cómplices? ¡Por favor, ese cuento ni usted se lo cree!

Para el Gobierno es difícil reconocer que hay dolo en su seno. Pero existe. Y, al parecer, se trata de gente muy cerca del Palacio. Talvez por eso quieren jugar a engañarnos. Pero no, no se podrá.

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