Análisis semántico del merengue “El funcionario”

Análisis semántico del merengue “El funcionario”

El verbo “tener” y sus distintas flexiones realzan la importancia de las propiedades del funcionario corrupto, símbolo de todos los corruptos del país.

Tiene tienda por el Conde, tiene su

propia avioneta,

Tiene un yate en Barahona, Boca Chica

y La Caleta.

(Coro: Y el funcionario ya es un millonario (bis).

Mediante una elisión del verbo en la frase principal, la subordinada, que sí lo lleva, iguala sintácticamente el sentido de la oración y el discurso adquiere su ritmo gracias a la flexión verbal “tiene”, cuya remate es el estribillo del coro:

Una industria aquí en Herrera y un

hotel allá en Haití

Y también tiene ganado en El Seibo

y Macorís.

(Coro: Y el funcionario ya es un millonario (bis).

Las letras del merengue atraviesan lo epocal y se aplican a funcionarios que han atravesado la simple esfera geográfica criolla para plantar grandes inversiones en Haití o en otros países latinoamericanos, pero siempre cae sobre esas riquezas una gran sombra de duda, pues la ostentación por parte de sus poseedores, supuestos o reales, implica una acumulación a través de lo político y el Estado o simplemente la gente que les conoció nunca les tuvo por ricos y poderosos, sino por pobres de solemnidad.

Las riquezas del paradigma de nuevo rico se expanden, como la verdolaga, a toda la geografía criolla y la parodia, de parodia pasa a lo grotesco:

En La Vega un almacén; tiene un cine

en Dajabón

Y también tiene canales de radio y

televisión. ¡JA, JA!

(Coro: Y el funcionario ya es un millonario (bis).

Repetición de la elisión de la flexión verbal “tiene”, la que aporta economía al discurso y rapidez al canto. El cantautor escogió estratégicamente los sintagmas que implican poder político y económico para el nuevo rico: con el control de medios de comunicación social, posee un espacio para que otros ricos que también tienen canales de radio y televisión no le destruyan o compitan deslealmente con él. El conjunto de propiedades heteróclitas del nuevo rico indican su falta de experiencia en las lides y reglas del capitalismo y los esguinces del sector privado, pero también connota su mentalidad e ideología precapitalistas, como la posesión de “compraventas”, “fábrica de sombreros”, “usura” y “casa de cambio”.

Tiene casa de cambio, de seis bancos

es accionista,

Tiene doce compraventas y además

es prestamista.

(Coro: Y el funcionario ya es un millonario (bis).

La burla de las letras del merengue alcanza hasta el gusto campechano del nuevo rico, pero también su poco sentido práctico para los negocios al invertir en un matadero para satisfacer una necesidad personal de un tipo de alimento muy usado por las clases populares, de donde viene el joven corrupto.

Tiene grandes plantaciones y una finca

de algodón,

También tiene un matadero para hacer

su salchichón.

(Coro: Y el funcionario ya es un millonario (bis).

De igual modo, la burla se extiende al nuevo rico, que en su proyecto de autosuficiencia, monta su propia fábrica de sombreros, un deseo de lo absoluto convertido en extravagancia, sobre todo en una época donde ese atuendo es poco usado. Hay un segundo guiño musical u otro intérprete, Cheché Abreu, autor de “La negra Pola” e inventor del coco mangué, muy celebrado por el uso, en sus presentaciones, de un tipo de sombrero muy particular:

Tiene grandes arrozales y una finca de

café

Y una fábrica de sombreros de los que

usa Cheché.

(Coro: Y el funcionario ya es un millonario (bis).

En el contexto cultural y popular, todo el mundo sabe que el director de orquesta y cantante Cheché Abreu se caracterizaba, en sus espectáculos, por el uso de un tipo de sombrero extravagante. El nuevo rico imita a los famosos y cree beneficiarse del aura y el prestigio de estos, cliché o figura que Umberto Eco llama “participación mágica por acercamiento” (“Análisis del mensaje publicitario”, en Semiótica Estructural. Barcelona: Lumen, 1973). Al ser cliché, no hay novedad, pero sí comunicación de sentido, el de la vulgaridad. Y en cuanto a la relación del advenedizo con lo culto, hay un vacío existencial inefable.

Los símbolos de ostentación son sometidos a la crítica, lo mismo que la extravagancia, muy del gusto de los funcionarios del PLD, quienes gustan de desplazarse en vehículos con escoltas motorizadas y sirenas que delatan la prepotencia y la incultura, aunque creen que esa es una demostración de poder cuando van por las calles o llegan a su antiguo barrio, de cuyo origen no desean ni recordarse, razón por la que cambian generalmente de esposa y de casa que les representen mejor.

Tiene carro deportivo y en un caso

tan sencillo

Hasta toca la sirena pa’ comprarse un

cigarrillo.

(Coro: Y el funcionario ya es un millonario (bis).

Hoy, luego de 14 años de hartazgo de poder, un carro deportivo no es para gente del gobierno un objeto apreciado. Hay quienes prefieren los carros europeos de gran marca como Rolls Royce, Bentley, Bugatti, Maserati, Lamborghini, cuyos precios oscilan entre medio millón o un millón de dólares, aunque sea para correrlos por calles y carreteras llenas de hoyos o guardarlos en marquesinas de lujo. O a veces el nuevo rico, en su etapa de acumulación inicial, aspira a poseer los modelos caros de vehículos norteamericanos que exhiben orgullosos los peloteros de Grandes Ligas.

Pero volvemos al problema cultural. El nuevo rico del merengue de Manuel de Jesús es un desorientado. Un capitalista tipo siglo XXI no posee restaurantes. Ese tipo de negocio se le deja a la mafia y a los traficantes de drogas. El rico de alcurnia y prosapia colonial se mueve a escala internacional y su mundo los yates lujosos, los jets privados y los bancos de los paraísos fiscales y sus negocios los realiza en Shanghai, Singapur y los emiratos árabes. El millonario al que alude nuestro merengue es el de 1983-2014, clientelista y patrimonialista, que apenas habla el castellano, intercambia ele por ere o coloca eses donde no van, para privar de fino y defraudar el fisco:

Tiene grandes restaurantes; tiene

tienda de repuestos

Y con todo lo que tiene nunca paga

los impuestos.

(Coro: Es la realidad de este hombre

legendario;

Esa es la situación y esa es la situación

De ese honesto funcionario

Que comenzó coge aquí, coge allá,

Coge allá, coge aquí, coge allá).

Conclusión: Sea usted el jurado. (FIN).

 

 

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