Analista manifiesta serias dudas de que  el rescate griego funcione

Analista manifiesta serias dudas de que  el rescate griego funcione

Martin WolF
Momento desesperado, medidas desesperadas. Después de meses de costosa demora, la eurozona ha surgido con un enorme paquete de apoyo para Grecia. Con la introducción del Fondo Monetario Internacional en las instancias de Alemania, este ha obtenido ciertos recursos adicionales y un mejor programa. Pero ¿funcionará? Desgraciadamente, yo tengo enormes dudas al respecto. 

Entonces, ¿de qué trata el programa? En resumen, es un paquete de €110 millardos (equivalente a poco más de un tercio de la deuda pendiente de Grecia), €30 millardos de los cuales vienen del FMI (mucho más de lo que normalmente se permite) y el resto viene de la eurozona. Con esto sería suficiente para sacar a Grecia del mercado, si fuera necesario, por más de dos años. En retorno, Grecia ha prometido una consolidación fiscal de un 11% del producto interno bruto en tres años, por encima de las medidas tomadas anteriormente, con el objetivo de alcanzar un 3% de déficit para el 2014, por debajo de un 13.6% en el 2009. Las medidas de gastos del gobierno están por rendir ahorros de un 5¼ por ciento del producto interno bruto en tres años: las pensiones y salarios serán reducidos, su congelamiento por tres años, y la abolición del pago de bonos estacionales. Las medidas fiscales están por rendir un 4% del producto interno bruto, incluso la deuda pública está pronosticada a llegar a un pico de un 150% del producto interno bruto.

En importantes aspectos, el programa es bastante menos irrealista que su predecesor intraeuropeo. Se ha ido la fantasía de que habría una mediana contracción económica este año, seguida por el retorno a un firme crecimiento. El nuevo programa aparentemente prevé un declive acumulativo en el producto interno bruto de alrededor de un 8%, aunque tales pronósticos son, por supuesto, altamente inciertos. Similarmente, el viejo plan fue fomentado en la suposición de que Grecia podría reducir su déficit presupuestario a menos de un 3% del producto interno bruto para finales del 2012. El nuevo plan fija el 2012 como el año-objetivo.

Existen otras dos características de lo que se ha decidido que son dignas de atención: primero, que no habrá reestructuración de deuda; y, segundo, el Banco Central Europeo suspenderá la clasificación mínima de crédito requerida para los activos respaldados por el gobierno griego que son usados en sus operaciones de liquidez, de ese modo ofrecen una cuerda de salvamento para los vulnerables bancos griegos.

Entonces, ¿este programa parece sensible hasta para Grecia o la eurozona? Sí y no en ambos casos.

Comencemos con Grecia. Ahora ésta ha perdido acceso a los mercados. De ese modo, la alternativa de llegar a un acuerdo sobre este paquete (aunque sea implementado o no) sería la moratoria. El país entonces no pagaría más interés por la deuda, pero tendría que cerrar en seguida su déficit fiscal primario (el déficit antes de los pagos de interés), de un 9-10% del producto interno bruto. Este sería un constreñimiento bastante más brutal de lo que Grecia hasta ahora ha convenido. Además, está en lo correcto al prometer la luna, para poder ganar tiempo con el propósito de eliminar su déficit primario más suavemente.

Todavía es difícil de creer que Grecia pueda evitar la reestructuración de la deuda. Primero, asuma, por el momento, que todo va de acuerdo al plan. Asuma también, que el interés promedio de Grecia en el largo plazo debe resultar ser tan bajo como un 5%. El país entonces implementa un superávit primario de un 4.5% del producto interno bruto, con rentas iguales a un 7.5% del producto interno bruto dispuesto para los pagos de interés. Segundo, incluso los nuevos pronósticos del FMI lucen optimistas para mí. Dado la enorme limitación fiscal ahora planeada y la ausencia de una tasa de cambio o de una compensación política monetaria, es probable que Grecia se encuentre en un prologando desplome. ¿Haría la reforma estructural la trampa? No, a menos que ésta traiga una enorme caída en los costos nominales de la unidad laboral, desde que Grecia necesite un aumento prolongado en las exportaciones netas para superar el constreñimiento fiscal. La alternativa sería una enorme expansión en el déficit financiero del sector privado griego. Eso parece inconcebible. Además si los salarios nominales cayeran, la carga de deuda se volvería peor que lo pronosticado.  Willem Buiter, ahora jefe economista de Citigroup, denota que en un fascinante nuevo informe, dice que otros países de altos ingresos, notablemente Canadá (1994-98), Suiza (1993-98) y Nueva Zelanda (1990-94), han tenido éxito fiscal con la consolidación. Pero las condiciones iniciales fueron mucho más favorables en estos casos. A Grecia se le está solicitando que haga lo que Latinoamérica hizo en los años 80. Eso llevó a una década perdida, los beneficiarios siendo los acreedores extranjeros. Además, como los acreedores ahora se les pagan para escapar, ¿quién los reemplazará? Este paquete seguramente fracasará en retornar a Grecia al mercado, en términos manejables, en unos pocos años. Más dinero se necesitará si la reestructuración de deuda es imprudentemente descartada.

Para otros miembros de la eurozona, el programa previene un golpe inmediato a los frágiles sistemas financieros: es abiertamente el rescate de Grecia, pero secretamente es un rescate de bancos. Está lejos de estar claro si esto ayudará a otros miembros que ahora siguen en la línea de fuego. Los inversionistas pueden bien concluir que la escala del diminuto paquete requerido para Grecia y la inconsolable dificultad de acordarlo y ratificarlo, particularmente en Alemania, indica que tales paquetes adicionales están en vías de ser difíciles de alcanzar. Otros miembros de la eurozona pueden terminar por su propia cuenta. Ninguno está en tan mala condición como Grecia y ninguno ha mostrado el mismo hecho reprensible. Pero varios tienen déficits fiscales insostenibles y proporciones de deuda en rápido crecimiento. En este, su situación no difiere de la de Reino Unido y E.U., pero a ellos les falta la misma política de acciones.

La historia es corta y no ha terminado.    Para la eurozona, dos lecciones son claras: primero, ésta tiene un opción clara, que aunque ésta permita la deuda soberana, a pesar del desorden, o cree una verdadera unión fiscal con fuerte disciplina y fondos suficientes para amortiguar el ajuste en las economías afectadas,   Buiter recomienda un Fondo Monetario Europeo de €2,000 millardos; y, segundo, ajuste en la eurozona no va a funcionar sin superar los ajustes en los países centrales. Si la eurozona es capaz de vivir cerca del estancamiento de la demanda general, ésta se volverá un campo de batalla para el pauperismo de la competitiva deflación, con creciente dependencia de los mercados del mundo como una descarga para el superávit. A pocos les va a gustar este resultado.

Las crisis que están ahora en proceso confirman la sabiduría de los que vieron al euro como una empresa altamente riesgosa. Estos golpes no son tan sorprendentes. Por el contrario, ellos podían haberse esperado. El temor de que unir tales diversos países incrementaría la tensión, antes que reducirla, también parece confirmado: observe el aumento del sentimiento antieuropeo dentro de Alemania. Todavía, ahora que la eurozona ha sido creada, ésta debe funcionar. El intentado rescate de Grecia es sólo el comienzo de la historia. Todavía necesita hacerse mucho más en respuesta a la crisis inmediata y para reformar la misma eurozona, en  un futuro.  

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

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