Madrid. Carlo Ancelotti se marcha del Real Madrid como un señor, con la elegancia de su llegada intacta cuando fue elegido como el pacificador que calmase las consecuencias del terremoto José Mourinho y que acabó convirtiéndose en el hombre de la Décima Copa de Europa con un gran gusto por el fútbol.
“Este entrenador (Ancelotti) y esta plantilla han hecho un fútbol maravilloso y para algunos ha sido el mejor de la historia del club».
Esta frase la pronunció Florentino Pérez el pasado 12 de marzo cuando salió a desmentir informaciones que cuestionaban la continuidad del técnico italiano. Apenas dos meses y medio después, en el mismo lugar y atril, el máximo mandatario del club blanco habló de “un nuevo impulso” para justificar su decisión.
No fueron válidas la conquista de la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, pobre balance de una temporada sin títulos grandes con el listón marcado lo más alto posible desde que en Lisboa se proclamó campeón de Europa el Real Madrid de Ancelotti.
Se marcha dejando huella el técnico italiano, que respondió a las expectativas de diplomacia de su figura y buenos resultados, conquistando cuatro de los nueve títulos que disputó, aunque marcado por dos Ligas que dejó escapar en sus últimos compases.