A un lado, Frodo. Un emprendimiento japonés diseña un anillo inteligente que eclipsará a los demás aparatos.
Hacer un símbolo de dólar en el aire y pagar el café. Escribir “TV” con el dedo y que el televisor se encienda. Pagar un viaje en metro. Esas son sólo algunas de las aplicaciones que contempla Logbar Inc., el emprendimiento que tiene sede en Tokio y desarrolla el aparato, cuyo lanzamiento está previsto para este año.
Mientras Apple Inc. y Google Inc. producen relojes inteligentes y anteojos de los que seguramente se venderán millones de unidades, emprendimientos como Logbar desarrollan productos de nicho. En momentos en que los consumidores buscan nuevas formas de integrar las computadoras a la vida cotidiana, el mercado de tecnologías para vestir se multiplicará por alrededor de 14 en cinco años y llegará a los US$19.000 millones, estimó en octubre la compañía de análisis Juniper Research, que tiene sede en Hampshire, Inglaterra.
“Hacer cosas se ha vuelto más fácil”, dijo Benjamin Joffe, un director gerente de Haxl8r, un fondo de riesgo que contribuye a financiar emprendimientos de hardware y organiza campamentos en Shenzhen, China, y en San Francisco.
“El costo y el tiempo se han reducido tanto que algunos emprendimientos pueden salir al mercado con un nuevo producto en menos de un año, mucho antes que una compañía grande”.
Logbar no ha aceptado financiamiento de capital de riesgo, dijo el máximo responsable ejecutivo, Takuro Yoshida. La compañía planea ofrecer el anillo a desarrolladores a partir de mediados de este año.
Las aplicaciones para dedos permitirán a los usuarios hacer gestos que hagan las veces de órdenes que se ejecutan a través de aparatos como teléfonos inteligentes, dijo.
Aparatos inteligentes. Yoshida, que creó antes una aplicación de iPad para un bar que dirigía -que contribuía a la interacción de los clientes al mostrar los tragos que habían pedido- dijo que quería crear un dispositivo que alentara la comunicación. Se negó a decir de qué estará hecho el anillo inteligente. Tampoco brindó más detalles sobre las aplicaciones del aparato.
“Me he concentrado en conectar gente en el mundo real, más allá del digital”, dijo Yoshida el mes pasado. “Es difícil crear conexiones personales en el nivel de una aplicación, de modo que recurrí al hardware”.
Se estima que la cantidad de aparatos inteligentes que se conectan y dialogan entre sí a través de Wi-Fi pasará de 2.000 millones en 2006 a 200.000 millones para 2020, según Intel Corp. Contribuirá a ese crecimiento la facilidad con que los aparatos pueden conectarse con teléfonos y tablets por medio de sistemas operativos como el Android de Google y el iOS de Apple, dijo Anand Srinivasan, analista de Bloomberg Industries.
“Para un emprendimiento se ha vuelto fácil diseñar un dispositivo de vestir para abordar un tema específico y conectarse a un ecosistema definido como el Android o el iOS”, dijo Srinivasan.