¿Qué motivos podrían tener dos reclusos cumpliendo condena en la infernal cárcel del 15 de Azua para mandar a matar a David Ortiz? No hace falta ser del FBI para saber que la respuesta a esa pregunta, la más lógica, es que ninguno, por lo que habría que concluir que si bien coordinaron el operativo que condujo al fallido atentado contra el Big Papi son tan solo intermediarios de quien pagó para mandarlo a matar por razones que hasta ahora solo él conoce. Eso también quiere decir que ese autor intelectual hasta ahora no identificado es alguien que pertenece al mundo criminal, aunque evidentemente en un nivel mucho mas alto; tanto que se cree intocable, como lo demuestra el hecho de atreverse a llevar tan lejos su encono contra una personalidad de la proyección nacional e internacional del expelotero de Grandes Ligas. Tampoco hace falta pertenecer al FBI para darse cuenta de que el operativo dirigido desde la cárcel por los reclusos Carlos Rafael Adames (Carlos Nike) y José Eduardo Ciprián (Chuki) resultó una verdadera chapuza, por lo que debemos dar gracias a Dios, lo que no implica que subestimemos el poder ni las conexiones de quien encargó el “trabajo”, sobre todo si son de naturaleza política, pues podría salirse con la suya. El Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, prometió que hoy se ofrecerán todos los detalles del atentado contra David Ortiz y el nombre del autor intelectual, que ojalá no sea quien ayer se señaló como la persona que contrató al grupo de sicarios que ejecutaría el atentado, que tiene toda la pinta de ser otro muchacho de mandado de la mano poderosa que ha movido los hilos de la trama criminal desde las sombras. Pero solo nos queda confiar en que nuestras autoridades hayan comprendido que los ojos del mundo están puestos sobre esa investigación, por lo que no podemos darnos el lujo de seguir pasando vergüenza con un resultado en el que nadie creerá.