La propuesta de ley para el control de expendio de bebidas alcohólicas impulsada por el doctor Franklin Almeyda Rancier, Ministro de Interior y Policía, es una iniciativa que debe ser acogida y apoyada por la familia dominicana y por todos los sectores que claman a nivel nacional por un control más efectivo de la seguridad ciudadana.
El propósito de este anteproyecto, de llegar a convertirse en ley, es preservar la salud física y mental de las personas con tendencias al consumo excesivo de bebidas alcohólicas y devolver un poco de tranquilidad a los hogares y a los lugares donde se encuentran instalados los centros de expendio.
Sin embargo, el control y regulación en el expendio de bebidas para que surta efectos a mediano y largo plazos, debe estar precedida de una ley que regule de una vez y por siempre la publicidad en los medios de comunicación y la promoción en los espacios públicos de bebidas alcohólicas.
Los televidentes nacionales hemos venido consumiendo, con mucho pesar, la promoción de una bebida alcohólica que tiene, entre otros, como figura central a Don Freddy Beras Goico, quien haciendo gala de su buen humor pide a sus contertulios que lo lleven al paso en la ingesta de alcohol, en abierta alusión a su delicado estado de salud. ¡Eso es un mensaje penoso!
La salud y la seguridad de la familia dominicana debe estar por encima de los intereses de los 44,500 colmados y colmadones esparcidos en el territorio nacional y demanda, al mismo tiempo, de una reorientación en el uso y el abuso de la publicidad y promoción de las bebidas alcohólicas. En ese sentido, la sociedad civil y la ciudadanía que demandan de una mayor seguridad y una reorientación de los valores que se irradian a nuestra juventud deben cerrar fila y apoyar la propuesta de Almeyda Rancier de controlar los horarios y los lugares de expendios de bebidas alcohólicas.
La salud física y mental y la tranquilidad de nuestras urbanizaciones y barrios ameritan de una cuota de sacrificio que debe pagar la minoría por el bien de la mayoría.