Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
El sistema de criar ganado en tiempo atrás era una holganza laboriosa, si se me permite la paradoja, pues el secreto consistía en conseguirse una pareja bovina, de cerdo, equino o caprina, señalarla y soltarla en lugar descampado a esperar lo que Dios da. Con esa comodidad ¡cuántos levantaron fortuna! Pero también ¡cuántos no tropezaron con el inconveniente de no saber, a ciencia cierta lo que tenía!

Las leyes han cambiado hace algún tiempo los métodos empíricos, hoy se cría entre alambres de púas; y si el agricultor cerca su predio, es por buscar una seguridad muy ajena a la agresión de los irracionales dañinos.

Merced a nuevos sistemas, hay ganaderos que pueden considerarse ricos por el número de cabezas que poseen; ellos son, y anoto solamente un pequeño número:

Manuel Mallén y Ortiz, Nicolás Santoni, Bartolo Caldentey, Juan Serrallés, Adolfo de los Santos, Miguel Alburquerque, Julián Sosa, Jacinto Abraham y hermano, sucesores de Juan Frías, Pedro Santana, Antonio Casasnovas y Vicente Bengoa, con quienes podrían sumarse las factorías de azúcar.

En momentos como éstos, que inducen al propietario a buscar la variedad en la explotación de sus negocios, ha sido un recurso que algunos ganaderos han aprovechado para hacer embarques de partidas considerables a Cuba, Puerto Rico y Curazao, entre otras.

Una goleta, construida expresamente para el transporte de ganado, sale cargada con mucha frecuencia de este puerto, a veces hasta con 100 reses. En todo el año 1931 han sido embarcadas por el puerto de San Pedro de Macorís, 1,948 cabezas de bovino, consideradas en 707,063 kilos.

(Del libro Historia de la provincia y especialmente de la ciudad de San Pedro de Macorís (1932), de Manuel Leopoldo Richiez.

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