La decisión de la FEDOMBAL de quitarle el aval del torneo de baloncesto superior de La Vega es severa pero se veía venir y había que tomar la decisión.
La Vega y su torneo me sorprendieron la primera vez que asistí.
Hacen un opening, torneo bien comercializado con programas después de los juegos, transmisión de radio y TV, cumplen con todo lo que tiene que tener un evento deportivo pero les falta seguridad y al parecer no han podido identificar los dos o tres antisociales que no quieren cumplir las reglas y han afectado el torneo.
Los torneos de baloncesto en vez de ser fiestas deportivas en los pueblos se están convirtiendo en un botín de guerra donde se pelea con gran pasión, se agrede a los árbitros y se aprietan gatillos de armas en los estacionamientos de los pabellones.
¿Cuál es la razón? Podría ser la pasión y afición por los equipos, las apuestas y el consumo de bebidas en exceso en las tribunas de los coliseos. Todo eso es parte de la cultura del fanático dominicano pero todo en exceso hace daño.
He visto como también se dan casos de jóvenes que llevan pleitos iniciados en drink, bares y discotecas a las canchas, situaciones que se daban desde aquella época dorada del baloncesto en la Capital.
¿Qué pasa con la seguridad? En La Vega, por ejemplo, se da los esfuerzos de sus organizadores de hacer las cosas por el famoso librito, sin embargo el torneo se le fue de las manos y pasaron situaciones que se han vivido en la Capital en el pasado, también en la Moca, Santiago y otros escenarios donde supuestamente se juega baloncesto superior.
Debemos preservar el baloncesto.