Albert Ramírez Alcántara vería coronado ayer su sueño de graduarse de licenciado en Educación, mención Matemáticas, pero lo impidieron los asaltantes que lo mataron para robarle el celular poco antes de dirigirse a la investidura y que no han sido detenidos.
Fue en vano la espera de sus compañeros de promoción en la ceremonia en la sede de la Universidad del Caribe (Unicaribe).

Amigos como Ramón Antonio Castillo, que ocuparía un asiento a dos sillas de su malogrado condiscípulo no entendían el retraso, puesto que estaba tan emocionado que dos días antes hasta planficaron la fiesta con la que celebrarían.
Impactado por la noticia de su trágica muerte, definió a Ramírez como el mejor de la clase.
No fue el único sorpren dido ni apesadumbrado. La dirección de la academia lamentó el hecho y criticó la ola de violencia que sacude a la sociedad.
En representación de la casa de estudios, la periodista Claudia Florimón manifestó solidaridad con los parientes.
Unicaribe celebró ayer su segunda graduación extraordinaria, en la que 1,098 profesionales recibieron sus títulos, pero la ceremonia fue empañada por esta tragedia que afecta a la familia Ramírez Alcántara.