Muchas personas no valoran los seguros. Los consideran gastos y hasta llegan a manifestar que es “negocio redondo” para las aseguradoras. Nada más lejos de la verdad. El seguro es “un medio para la cobertura de los riesgos al transferirlos a una aseguradora” que será responsable de indemnizar total o parcialmente el perjuicio producido por una situación accidental, entiéndase, reponer tu bolsillo mediante una compensación económica o un servicio, a cambio de un precio (prima).

Los tres principales riesgos a considerar para construir tus objetivos financieros pueden asegurarse:

1. Riesgo Salud. Los gastos para recuperar y mantener la salud son elevados. Una enfermedad puede reducir considerablemente el patrimonio familiar y hasta consumirlo. Los seguros de salud proporcionan cobertura de acceso a servicios médicos, en forma asistencial o por reembolso. Como empleado tienes derecho al seguro familiar de salud con tu aporte mensual; también puedes contratar planes complementarios.

2. Riesgo Operativo, dependerá de tu actividad económica y los bienes que poseas. Piensa, ¿Qué pasaría si se accidenta mi carro? ¿Me roban o se inunda accidentalmente mi casa? Ambos encuentran respuesta en los seguros de vehículo y vivienda, respectivamente.

3. Riesgo de flujo de caja: complementa tu fondo de emergencia y ahorros con un seguro de vida (preferiblemente con ahorros, que hasta podrías “disfrutar en vida”) que garantice a tu familia mantener la misma calidad de vida cuando no estés. Calcula los ingresos necesarios para que subsistan por unos dos años.