Así no, Nuria Piera

Así no, Nuria Piera

El pasado sábado 28 de julio, los televidentes tuvimos la desagradable oportunidad de ver un “reportaje” en el que la periodista Nuria Piera atropelló de manera inmisericorde a un joven pastor brasileño de la Iglesia “Dejen de Sufrir”. Se trató de un extraño comportamiento de una profesional de la comunicación que se ha ganado el respeto y la admiración de mucha gente por sus denuncias, sobre todo en el campo político.

 Este comportamiento de la señora Piera frente al joven pastor, quien por cierto mostró una alta dosis de tolerancia y de educación, nos recordó a la Nuria Piera de unos diez años atrás, cuando su profesionalidad dejaba mucho que desear, cuando utilizaba cámaras ocultas para obtener información, cuando irrumpía en cementerios y cuando entraba en la privacidad de los hogares como si fueran espacios públicos.

Creíamos que eso no sucedería más, pues la Nuria de estos tiempos lucía más pulida, aunque siempre con una agresividad y proclividad por la carroña. Esta vez nos sorprendió ver a una periodista que ingresaba a una casa, con agresividad verbal, detrás de un pastor, lo zahería, no le permitía hablar, lo llamó sinvergüenza y le dijo que era el representante del Diablo.  Esta Nuria olvidó el estilo y las formas profesionales.  No parecía una periodista empeñada en buscar distintos enfoques, sino que procuraba presionar por una conclusión, a como diera lugar.  Contrastaba esta Nuria con la joven llorosa que no pudo completar sus reportes sobre la corrupción del gobierno del presidente Fernández y que se sintió, razonablemente, amenazada por quienes la conminaron a no seguir con sus revelaciones.  Entonces ella sentía miedo. Ahora ella, la misma, abusaba de la gentileza y paciencia de un pastor brasileño.

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