Atrapados en el caos urbano

Atrapados en el caos urbano

Además del sangriento balance anual que destaca al país entre los de mayor mortalidad por accidente de tránsito en el mundo con cuantiosos daños colaterales, Santo Domingo padece una aguda falta de fluidez en sus vías más utilizadas para el desplazamiento cotidiano de vehículos. Una ciudad de automovilistas y pasajeros atrapados en una lentitud costosa en consumo de combustible y en el tiempo que resta a la vida productiva de cientos de miles de ciudadanos. Se trata de efectos mesurables en términos económicos que deben mover a las autoridades a actualizar las reglas para enfrentar un parque vehicular que desborda capacidades urbanas a pesar de las obras ideadas para facilitar el uso de las vías. Es penoso reconocer que la mejoría en la señalización no ha traído mayor orden.

Lo medalaganario prima en el ánimo de muchos individuos al volante que generan obstáculos y riesgos a los demás que salvan un poco la cosa sometiéndose, razonablemente, a las restricciones sobre estacionamiento, velocidad, uso de carriles y luces, póliza de seguro y consumo de alcohol al conducir, entre otras, de cuya aplicación depende que la ciudad sea más transitable y segura. La implantación de respeto a límites preventivos solo es posible acentuando la persecución a las infracciones y la aplicación de sanciones acordes con la gravedad de los hechos y que ningún violador pueda eludirlas por fallas en la ley.

 EMPUJADOS A LA RUINA

La frustración de los productores de vegetales para exportación en la agrícolamente desarrollada zona de Jarabacoa les llevó a arrojar a las calles cargas de los artículos que les impiden enviar al mercado de Estados Unidos a causa de la Mosca del Mediterráneo que hasta allí no ha llegado. Se sienten condenados a sufrir pérdidas millonarias, tras importantes inversiones.
El Estado no ha cumplido hasta ahora su promesa de aliviar los pesares de esos laboriosos agricultores víctimas de una sinrazón. La presencia del insecto solo ha sido comprobada en otra distante región del país. La veda pone en peligro la modernización de cultivos bajo ambiente controlado en el acogedor sitio montañoso. La prohibición a sus embarques es un exceso contra el libre comercio por incluir a comestibles procedentes de lugares libres de la mosca.

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