La verdad suele salir ilesa del fuego cruzado de las contradicciones. Y como ahora el debate es entre los que argumentan que ha habido recuperación de la capa forestal y los que denuncian agudización de la depredación, nada mejor que una auditoría independiente para comprobar, con datos y conclusiones irrebatibles, de qué lado está la verdad. El país necesita ese inventario descarnado para poder trazar pautas de protección ambiental certeras, efectivas.
Ante denuncias de destrucción forestal en Baoruco, por productores de carbón, el Ministerio de Medio Ambiente argumenta que existe una explotación racional, amparada en la política de manejo forestal del Gobierno. Pero especialistas en estos asuntos, como Eleuterio Martínez, a quien se debe en gran medida la existencia del Parque Nacional de la Sierra de Baoruco, corrobora denuncias de severa destrucción de esa reserva natural, protagonizada por haitianos y dominicanos.
Lo que ecologistas y no ecologistas captan es una brutal agresión contra la capa vegetal y la biodiversidad. En Bonao, recientemente, el Presidente Danilo Medina estuvo en contacto con esa realidad, y actuó en consecuencia. En medio del calentamiento global y sus fenómenos asociados, no podemos mantener una política de manejo forestal tan permisiva y dañina como la que se advierte por todas partes.

Apagones y pacto eléctrico

Justo en medio de la efervescencia por el pretendido pacto eléctrico, el servicio de suministro de electricidad llega al borde del colapso, con frecuentes y duraderos apagones por todas partes. Ni cortas ni perezosas, algunas “edes” reaccionan explicando como causa de las interrupciones una supuesta o real -¿quién sabe?- disminución de la generación. Los generadores, hasta el momento, no han dicho esta boca es mía. ¿Qué han hecho en cambio? ¡Vaya Usted a saber!
Hay quienes acusan al Gobierno de presionar para tratar de “freir” el pacto eléctrico, con cláusulas a su favor, se supone. ¿Pero qué está provocando las interrupciones frecuentes y prolongadas? Las presas están llenas y generando electricidad, y ni siquiera en la severa sequía, con los embalses vacíos, hubo apagones por falta de generación. ¿Y entonces, qué está pasando?