Aumenta desconfianza de líderes europeos a Trump

Aumenta desconfianza de líderes europeos a Trump

TAORMINA, Italia
El primer viaje de Donald Trump al Viejo Continente era una oportunidad para apaciguar y aclarar posturas, pero en lugar de eso el presidente de Estados Unidos más bien alimentó la perplejidad y la desconfianza de los europeos.
El discurso del jueves en la sede de la OTAN en Bruselas marcó el tono. Erigiéndose como el inflexible defensor del contribuyente estadounidense, el inquilino de la Casa Blanca aleccionó, en un discurso con ciertos aires de campaña, a unos aliados a los que acusó de deber «enormes sumas de dinero».
La imagen, que dio la vuelta al mundo, del presidente de la primera potencia mundial empujando al primer ministro de Montenegro para colocarse en primera fila no contribuyó a calmar las cosas. Esta entrada en materia reforzó el sentimiento de que si Trump disfrutó con un placer no disimulado de la acogida real que le dispensaron en Arabia Saudí, la escala europea le entusiasmaba menos.
Una señal simbólica fue que dos de sus consejeros más influyentes, su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner, omnipresentes en Riad y Jerusalén, abandonaron la delegación presidencial antes de la segunda parte del viaje.
Es cierto que Trump ha dejado atrás sus comentarios más provocadores sobre la utilidad de la OTAN o el futuro de la UE. Pero en Taormina, la joya de Sicilia que alberga la cumbre del G7, hizo poco para fortalecer los vínculos.
Muchos en Europa esperaban que este viaje le permitiera salir de lo que la analista Julianne Smith, del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS), llama «la ambigüedad estratégica». «Es una herramienta que esta administración puede encontrar útil frente a sus adversarios», explica. «Pero para sus aliados europeos en todo el continente, de norte a sur y de este a oeste, crea sensación de incertidumbre y inseguridad».
Cumbre del clima Respecto al Acuerdo de París sobre el clima, la administración Trump, que ya aplazó su decisión, mantiene el suspense, por lo menos hasta la próxima semana. Eso provocó una declaración final desconocida en la historia de las cumbres del G7: Estados Unidos está revisando su política sobre cambio climático así como el Acuerdo de París y por lo tanto «no se llegó a consenso sobre ese asunto», explicó el texto.
La jefa de Gobierno alemana, Angela Merkel, resumió sin ambages la situación: «Toda la discusión sobre el tema del clima fue muy difícil, por no decir muy insatisfactoria». El presidente francés, Emmanuel Macron, que acudía por primera vez a un G7 y que protagonizó otra imagen insólita con un retador apretón de manos con Trump, quiso ser conciliador.

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