Aumento en la demanda mundial presiona a fabricantes de pajillas

Aumento en la demanda mundial presiona a fabricantes de pajillas

Empresas como McDonald’s, Starbucks y MGM se comprometieron a eliminar progresivamente su dependencia de las pajillas de plástico en todas sus tiendas del planeta.
Craig Graffius fundó EcoGlass Straws hace 12 años, después de tres décadas de experiencia en la fabricación de vidrio. Así, se instaló en el mercado con su visión de una alternativa ecológica a la omnipresente pajita de plástico. Pero lo que no tenía eran clientes que demandaran su producto. Hoy, su pequeño taller de cuatro personas en Hood River, Oregon, se está preparando para producir 2.000 bombillas o pajillas u sorbetes de vidrio artesanales por hora. La cifra supera con creces la tasa actual de 125 por hora, es decir un 1.600% más de producción que la cifra actual.

El incremento en la producción de EcoGlass pone de manifiesto una ola de cambios que se extiende a lo largo de la cadena de suministro mientras que las pajitas emergen como un símbolo central de la crisis mundial de los desechos plásticos. Así, a medida que los consumidores buscan opciones más ecológicas, compañías desde Starbucks Corp. y McDonald’s Corp. hasta MGM Resorts International están respondiendo. «Todo el mundo tiene que encontrar un reemplazo», dijo Graffius, quien ha visto triplicarse los pedidos en el último año después de una larga lucha para convencer a los compradores de que sus productos eran más que solo una novedad. «No esperábamos que esto sucediera. Realmente nosotros íbamos a golpear al mercado». Pero, en cambio, agrega: «el mercado nos está golpeando a nosotros».
La tortuga marina El furor se remonta a un video viral de 2015 de biólogos marinos que sacaban una pajita del interior de la nariz de una tortuga marina. Luego, en 2017, la campaña “Sin pajillas en Seattle” motivó a las ciudades a tomar medidas.

La protesta pública se intensificó hasta el punto de que McDonald’s, Starbucks y MGM se comprometieron a eliminar progresivamente su dependencia de las pajillas de plástico en todo el mundo. Mientras que las pajitas representan solo el 0,3% de los 8 millones de toneladas métricas de plástico que ingresan al océano cada año, según un estudio de 2015, las perturbadoras imágenes reenfocaron la atención del mundo sobre el problema.
«El movimiento contra el plástico de un solo uso es mucho más grande que aquellos que se identifican como ecologistas», dijo Maisie Ganzler, jefe de marca de Bon Appetit Management Co., una cadena de servicio de alimentos que el 31 de mayo anunció que dejaría de usar pajitas plásticas. «Cuando la gente ve la evidencia fotográfica de la cantidad de contaminación plástica en nuestros océanos y en los cuerpos de las aves, peces, tortugas y ballenas, es algo nauseabundo sin importar cuáles sean sus políticas», recalcó Ganzler.
La opción biodegradable. En los últimos meses, algunos países de Europa han comenzado a anunciar prohibiciones o límites. A partir del 1 de julio, Seattle se convirtió en la primera ciudad de EE.UU. en prohibir las pajitas de plástico, siguiendo medidas similares de otras ciudades a lo largo de las costas este y oeste. Incluso donde las leyes no han cambiado, la protesta pública está presionando a las empresas para que respondan o se arriesgan a alejar a sus clientes. Esa presión se traspasa a toda la cadena de suministro.

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