Autorregulación emocional

Autorregulación emocional

Los principales modelos de Inteligencia Emocional dan mucha importancia a la regulación de las propias emociones. De hecho, se trata de la piedra angular del concepto, ya que de nada sirve reconocer nuestras propias emociones si no podemos manejarlas de forma adaptativa. La autorregulación emocional se englobaría dentro de lo que sería el proceso general de autorregulación psicológica, el cual es un mecanismo del ser humano que le permite mantener constante el balance psicológico. Para ello necesita de un sistema de feedback (o retroalimentación) de control que le permita mantener el estatus en relación a una señal de control.

Para educar niños saludables y exitosos, ¿basta que los padres tengan el control y sean cálidos y amorosos? Evidentemente no; según investigaciones realizadas, la forma en que los padres enfrenten sus emociones y las de sus hijos afecta con fuerza no sólo la salud física y psicológica de los niños, sino también su desempeño escolar.

Sin que importe su Coeficiente Intelectual, los niños cuyos padres les han enseñado a manejar sus emociones tienen más largos períodos de atención, califican mejor en las pruebas de lectura  y matemática, tienen menos problemas conductuales, menores tasas cardíacas y menos hormonas de tensión en la orina.

De esta manera, se identificaron cuatro tipos de padres: los que ayudaban a sus hijos a reflexionar en sus emociones y a expresarlas de manera constructiva, los que ignoraban sus sentimientos de enojo o tristeza, los que desaprobaban que tuvieran tales sentimientos y los que creían que es función de los padres aceptar todas las emociones de los niños. Aquellos cuyos padres se contaban en la primera categoría  obtuvieron mejores calificaciones, tanto en los aspectos físicos como en los intelectuales.

Por tal razón, existe, si no una liga, sí una correlación entre el nivel de desarrollo emocional de los padres y la salud emocional y física, así como los logros escolares de los hijos. De manera, que la autorregulación emocional no sería sino un sistema de control que supervisaría que nuestra experiencia emocional se ajustase a nuestras metas de referencia.

Cuando hablamos de autorregulación, el primer paso se inicia en la auto-conciencia; en saber cómo funcionamos y cómo somos; la autorregulación no consiste en contener o reprimir la emoción.

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