MARIEN ARISTY CAPITÁN
Amante de las palabras desde la primera infancia, enero era uno de los meses que más me gustaba: gracias a él podía recrearme escribiendo sobre el patricio Juan Pablo Duarte, en cuyo honor se hacía un gran acto cada 26 de enero.

Unas veces era alguna obra de teatro, otras una poesía coreada o una composición. Duarte siempre estaba allí, con sus palabras, su dignidad y, sobre todas las cosas, su respeto sobre la Patria y los demás.

Al recordar que él decía que el buen dominicano tiene hambre y sed de justicia y que todo poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le pertenezca, me duele mucho ver que a un grupo de irreverentes dominicanos se le ha ocurrido la terrible idea de proclamar que Juan Pablo Duarte es el creador de una banda de delincuentes a la que le puso el nombre de los Trinitarios.

Pero esa banda, que opera en España, no sólo se hace llamar con el nombre de aquella sociedad secreta compuesta por hombres que lucharon por la independencia nacional (fundada por el patricio Juan Pablo Duarte el 16 de julio del año 1838), sino que ha elegido como lema el »Dios, Patria y Libertad» que se lee en el escudo de nuestra querida bandera nacional.

Si ya todo esto suena a blasfemia, lo terrible es saber que estos distorsionados detalles fueron publicados por el diario español El País, un medio que lamentablemente no tiene ni la más mínima idea de quién fue en realidad Duarte.

Y esto último se comprueba a leer el párrafo final de la crónica de José Antonio Hernández, que se encuentra en elpais.com, que dice textualmente: Si los Latin Kings ensalzan el amor a su rey o padrino, los Trinitarios, cuando se ven en la calle, se saludan con la contraseña «Amor de Patria». «Dios, Patria y Libertad» es su eslogan, en referencia a las ideas que expandió el creador del grupo, el dominicano Juan Pablo Duarte.

Sin obviar el gran detalle de que los Trinitarios se están disputando el control de las calles de Madrid con las bandas de los Latin Kings y la de los Ñetas, su fórmula para cimentar el terror se basa en las peleas callejeras. En ellas usar armas blancas pero a veces recurren a las de fuego, con munición real o de fogueo, según un informe de la Policía de Madrid en el que se establece además que los jefes de la banda disponen de machetes afiliados por ambos extremos de la hoja.

Por otra parte, y para evitar las deserciones y traiciones, el código de los Trinitarios establece castigos para quienes cometen alguna falta: trescientos palazos en el cuerpo si el soldado comete una infracción leve -faltar al respeto a un superior, por ejemplo- y 844 si la falta es muy grave -no acatar una orden- e incluso la muerte -del infractor o de algún familiar- en caso de deserción o delación de otros miembros a la policía.

Ese último número, el 844, es para indignarse si recordamos que fue en 1844 que se declaró la Independencia Nacional. Por tanto, y así como utilizaron los símbolos patrios en todo lo demás, estamos hablando de una verdadera burla a la dominicanidad.

Y esta burla, gestada por dominicanos, está haciendo que el país quede muy mal parado en unas tierras extranjeras que no han hecho otra cosa que recibirnos con cariño. Con ello, sólo lograremos que nos discriminen y nos señalen. Evitemos que eso pase y recordemos otra frase de Juan Pablo Duarte: eI crimen no prescribe ni queda jamás impune.