¡Ay, se acabaron!

¡Ay, se acabaron!

Afortunadamente, cada vez que aparece un “ilusionista” intentando convencer a la opinión pública con un proyecto de inversión de los fondos de pensiones, aparece alguien defendiendo lo intocable de ese patrimonio de los trabajadores y aunque esos recursos, hasta ahora, solo han dejado beneficios a los bancos y/o corporaciones que los tienen guardados, quiero sumarme a ese coro de defensores de esos fondos porque existe una camarilla de aves de rapiña económica que, desde que ese dinero comenzó a ser significante, tal vez una décima parte de lo que es ahora, orientó su avaricia y astucia hacia el uso de esos recursos.
Pero lo alarmante y actual es que sindicalistas (?) viejos y, por lo tanto, no pendejos, se hayan dejado convencer para postular a favor del uso de esos dineros en proyectos no reproductivos y gastos, no inversiones, que fueron, son y serán barriles sin fondos, como si ellos, tan viejos, o quizás más, que nosotros, no recordaran el fraude nunca investigado ni castigado del Banco de los Trabajadores.
Si se abre una llave que permita la salida de “pequeñas” cantidades de esos fondos de los trabajadores con argumentos tan estúpidos como que “no se está haciendo nada con ellos” y por demás, con el gobierno aflojando el grifo para tapar sus hoyos económicos, seguro que en pocos años se esfumarán y en vez de haber sido utilizados en proyectos que beneficien directamente a los cotizantes y los ya pensionados, como por ejemplo en la salud pública, quedarán en los bolsillos de los mega ladrones de siempre que, un día, con su carita de yo no fui, exclamarán públicamente ¡ay, se perdieron!

Publicaciones Relacionadas