El Banco de Inglaterra (BoE) anunció ayer una batería de medidas de urgencia con el objetivo de facilitar que los bancos británicos sigan concediendo créditos y reducir así el impacto sobre la economía del triunfo del Brexit en el referéndum del pasado 23 de junio.
El gobernador de la entidad, Mark Carney, ha anunciado la decisión del Comité de Política Financiera de la institución de reducir temporalmente y de manera inmediata al 0% desde el 0,5% actual la exigencia de un colchón de capital contracíclico para los bancos de Reino Unido, con el objetivo de liberar capital de las entidades y elevar su capacidad para conceder préstamos.
La medida, que se mantendrá en vigor “al menos hasta junio de 2017”, reducirá las exigencias regulatorias de capital a la banca en 6.730 millones de euros, lo que incrementará hasta en 177.000 millones de euros la capacidad de conceder crédito de las entidades.
En su informe, el Comité reconoce que “existen evidencias de que algunos riesgos han comenzado a cristalizar” tras el resultado del referéndum y advierte de que la perspectiva actual para la estabilidad financiera de Reino Unido “es difícil”.
“Habrá un periodo de incertidumbre y ajuste tras el resultado del referéndum. Llevará tiempo a Reino Unido establecer nuevas relaciones con la UE y el resto del mundo”, apunta la institución, que advierte de que “es previsible cierta volatilidad en los mercados y la economía mientras este proceso tiene lugar”. De hecho, la cotización de la libra esterlina se debilitó ayer hasta 1,3113 dólares, su peor cambio frente al dólar desde junio de 1985, mientras su cambio frente al euro se desprecia.