Madrid. EFE.
El Barcelona y el Sevilla, claros vencedores de los partidos de ida de las semifinales de la Copa del Rey, encaran la vuelta como un mero trámite en el caso del conjunto azulgrana y con alguna reserva y mucho respeto en el del hispalense.
El 7-0 que alcanzó el conjunto de Luis Enrique Martínez en el Camp Nou ante el Valencia, convierte el encuentro del miércoles en Mestalla en un compromiso sin apenas interés.
No obstante, Luis Enrique podría batir la racha de Pep Guardiola en el banquillo barcelonista con 29 partidos invicto. Será uno de los puntos de interés para un equipo que está a un paso de luchar por defender el título copero. El técnico asturiano podrá dar minutos a los menos habituales, rotar su once titular habitual y dar reposo a algunos de sus pilares ante la visita el próximo domingo en Liga del Celta. Para el Valencia, con la eliminatoria perdida, el partido tiene cierta, por no decir mucha, relevancia.
La nueva derrota sufrida en el campo del Betis deja al técnico inglés Gary Neville más tocado y al equipo hundido ya demasiado cerca de la zona de peligro.
Los jugadores valencianistas, muy criticados por sus aficionados, necesitan un golpe de autoestima, demostrarse a sí mismo y a sus seguidores con un buen resultado, y qué mejor que lograrlo ante el imparable Barcelona sin la presión añadida de la clasificación dada la gran diferencia existente en el marcador de la eliminatoria.
En Balaídos se resolverá la otra semifinal, a la que se llega con clara ventaja del Sevilla, aunque no tanta como la del Barcelona.
En su caso es un 4-0, marcador amplio, pero no tan imposible.
El Celta del argentino Eduardo ‘Toto’ Berizzo no se rinde. Aunque sea más que complicado, el sueño de la heroica sonará de entrada en Vigo para revertir la situación ante un Sevilla con el que este domingo en Liga igualó a un tanto.
El conjunto de Unai Emery sabe que tiene una nueva final copera en su mano y encara este partido de vuelta con la máxima seriedad y con toda la concentración para impedir que el Celta alimente el aire de remontada. El conjunto de Berizzo fue capaz de ganar en Liga por 4-1 al Barcelona en la primera vuelta y a este resultado se refieren los jugadores sevillistas para asegurar que la confrontación aún no está sentenciada.
En todo caso, solamente una hecatombe no muy habitual apartaría al Sevilla de medirse al Barcelona en la final del torneo del k.o., otra muesca de éxito más para un equipo que en los últimos años se ha habituado a estar en la lucha por los títulos, ya sea de Copa como europeos. De hecho, el pasado verano de 2015 ambos dirimieron una espectacular Supercopa de Europa en Tiflis, que se resolvió del lado azulgrana por 5-4.
Para el Barcelona, rey de copas con 27 coronas, sería su trigésimaoctava final, la tercera consecutiva.