Beatriz Pirón, una atleta mundialista, ha combinado el rol de madre y levantadora de pesas. Sus hijos y su progenitora son las motivaciones para subir a las tablas y representar su país con éxito en los eventos internacionales.
“Muchas personas no se imaginan el sacrificio y la nostalgia que arropa a uno, cuando tengo que salir del país a eventos internacionales y las concentraciones en Jarabacoa por más de un mes, sin ver a los hijos y en una oportunidad yo lo lactaba, pero tenía una alma segura que es mi madre, que se ha dedicado en cuerpo y alma en atender a mis hijos”, apuntó Pirón.
La destaca atleta que llegó en cuarto lugar, por un kilo no logró una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Brasil, habló para los reporteros de HOY, con motivo de la celebración en el país del Día de la Madre.
“Mi familia, mis hijos y mi madre me fortalecen la motivación para seguir adelante, a pesar del gran sacrificio que realizo para poder seguir escalando peldaños en los eventos internacionales”, dijo la destacada atleta de San Pedro de Macorís. Indicó que ser madre, le obliga a una mayor concentración en su trabajo, pues ya los niños asisten a las competencias, acompañados de su abuela Milqueya Candelario, que ha tomado esos hijos y le ha dado una gran ayuda a Beatriz. Indicó que lleva una vida dedicada a sus hijos, su madre, los estudios y al deporte, que lo considera como su trabajo, pues de ahí es que gana para mantener a su familia.
“Mi vida es entrenar de lunes a viernes en la mañana y en la tarde, en la noche voy a APEC, donde estudio contabilidad, los fines de semana viajo a San Pedro de Macorís, para estar con mis hijos y mi familia”, apuntó. Beatriz, tiene dos hijos: Yamilka, una niña de siete años, y Berlyn, el varón de tres años.
“Tuve los dos hijos durante entrenamientos y competencias a nivel nacional e internacional y nunca fue obstáculo para seguir brillando en mi carrera como atleta”, señaló.
La destacada atleta mundialista está orgullosa de ser madre y del apoyo que recibe de su madre y la familia. Lo más duro es cuando tienes que desprenderte de tus hijos, aun estando muy pequeños. A mí me ha tocado en dos ocasiones dejarlos, aun dándole leche del seno, reintegrarme a la selección, ir a Jarabacoa o a una base de entrenamientos fuera del país, a durar 45 días lejos de ellos”.