Siempre he dicho que el futuro del baloncesto dominicano, por lo menos a nivel local, descansa en la Liga Nacional de Baloncesto (LNB). Como camine la liga, camina el baloncesto superior.
Claro que esa liga no puede andar sin el apoyo de la Federación de Baloncesto, que es la que tiene que vigilar para que todo ande en orden.
Pero pienso que la LNB, no ha crecido de acuerdo a lo pautado, tiene problemas en la parte económica y de liderazgo en toda la familia.
Pienso que conociendo lo importante de la Liga, no ha recibido todo el apoyo técnico de la Fedombal y me parece que la liga está sola, pero además del sector oficial y empresarial.
La LNB debe crecer, primero, en la parte económica para que llegue a convertirse en lo que es la Liga de Béisbol Profesional (Lidom) en estos momentos, sólida y ejemplar.
Pero sobre todo en sus reglamentos, vigilar y controlar a un público y a revoltosos que todos conocemos, emprender acciones judiciales a personas que no solo atentan contra la vida del fanático, sino que contribuyan al alejamiento del sector empresarial que es el que aporta recursos.
Por otro lado, quiero dejar establecido que como periodista tengo el derecho a criticar acciones públicas que se originan dentro de la celebración de los partidos de la LNB y nadie puede decirme lo que tengo que decir.
No puedo ocultar el penoso lío que originó en La Vega, donde hubo enfrentamiento de dos grupos seguidores, uno de La Vega y otro de San Francisco de Macorís.
Personal de esa liga que no tiene nivel para trazarme pauta, estoy con esa liga, su presidente Antonio Mir lo sabe, quiero que llegue a la solidez, no porque reciba paga, sino por conciencia y creo en ella.
Me preocupo porque no quiero que desaparezca al igual que la Lidoba, quiero lo contrario porque, lo repito, la Liga Nacional de Baloncesto es la salvación de ese deporte a nivel superior.
Pero el tiempo se encargará de ver la verdadera realidad.