Sin dudas, el béisbol es el pasatiempo favorito de los dominicanos, a menos, en lo que a deportes se refiere.
No existe un dominicano, que no sea de un equipo de la liga invernal dominicana, aunque sea de forma pasiva y es que la admiración por un conjunto se le inculca a la niñez y va pasando de generaciones en generaciones.
La pelota ha sido utilizada por los gobiernos de República Dominicana para bajar las tensiones políticas, sociales y económicas por eso la frase de «al pueblo dale pan y circo.
En el pasado, no muy lejano, los distintos gobiernos le daban facilidades a los equipos, especialmente a los Tigres, Leones, Águilas y estrellas más tarde a los Toros y Gigantes.
Esas tradicionales «colaboraciones» han ido mermando al extremo de que el gobierno ya casi esfumó la ayuda millonaria, a menos que no sea reparar los estadios y otras cuestiones menores, los equipos definitivamente se han independizado.
Ya la Liga de Béisbol profesional, (LIDOM) tiene excelente mercadeo que hace que los combinados vendan mucho mejor sus proventos y que los conjuntos le presenté al público un buen y competitivo espectáculo.
Lo bueno de todo este negocio es que el fanático no sigue pelotero, por qué eso es del pasado, el público sigue colores, azul, rojo, verde amarillo, sin importar los jugadores con excepciones de los que son fanáticos técnicos.
Ir al estadio es todo un acontecimiento novedoso, con las mascotas, los grupo de bailes, la animación, la música, la rifas y ahora las pantallas que le proporcionan algo novedoso a los asistentes.