Beneficios del sueño

Beneficios del sueño

“Debes dejarte llevar por la imaginación”, me decía a menudo un poeta ya fallecido. “El sueño construye realidades vaporosas que pueden ayudarte a vivir”, agregaba a modo de receta para la conducta. Todos los artistas son dependientes de la imaginación; pero no todos piensan que las creaciones imaginativas incluyan también valores prácticos. Este poeta aseguraba que “el tiempo gastado en soñar” nos produce felicidad y contribuye a moldear nuestros destinos. Los pensamientos gratos estabilizan los latidos del corazón; y la imaginación, prefigura la historia de tu vida; en cierto modo “la esculpe”. Su fórmula era: imaginación, cincel y martillo.

Desde luego que el hombre está condenado a trabajar; por eso debe guiarse siempre por el mapa que traza su imaginación. Sin ese mapa trabajaría inconforme, a disgusto. Soñar despierto es garantía de vida verdadera. Soñar dormido no es importante; soñamos dormidos a causa de digestiones difíciles, de pequeños problemas circulatorios, de conflictos domésticos sin resolución a la vista, por necesidades urinarias. Soñar despierto es otra cosa; es un impulso afirmativo que nos lanza directamente a la realización de nuestro destino, a la “hechura” vocacional que nos definirá para siempre. Seremos políticos, hombres de negocios, escritores, artistas, porque lo hemos imaginado previamente.

Pero después de imaginar lo que queremos ser, hay que soñarlo despierto todos los días, para “redondear”, pulir o rectificar, los bordes de la figura que hemos imaginado. El mundo real es demasiado rígido y áspero; no tolera ser afrontado sin la herramienta transformadora del sueño. Vivir en el mundo exige modificar el mundo; donde hubo bosques, levantamos ciudades; donde hay brutalidad, dictamos leyes; si la fealdad domina, proponemos el reino de la belleza. La poesía ha de ser, juntamente, palabra musical y pensamiento aclarador.

Los animales que sueñan despiertos son los autores de todos los inventos: desde el arco y la flecha, hasta la rueda y la brújula. Después de haber soñado despiertos, los hombres duermen mejor en sus camas -en sueño dormido- porque han marcado la ruta que recorrerán cuando despierten al día siguiente. Aquel poeta risueño, recomendaba: no debes golpear con los puños las piedras de la realidad; acarícialas con la yema de los dedos; parecerán suaves por obra del sueño.

 

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