Benicio del Toro las “ojeras más bellas de Hollywood

Benicio del Toro las “ojeras más bellas de Hollywood

En la vida siempre hay que tener sentido del humor. Dicen que los que más se ríen duran más. Y también que los animales que nos hacen reír son más inteligentes”. Estas palabras del actor Benicio del Toro, nacido en San Germán, al suroeste del archipiélago de Puerto Rico, al diario español El Mundo, parece haber sido una de las veredas que más ha transitado y transita el artista.
Un hombre que, con su medio siglo, y con la sangre mezclada americana y con ancestros europeos, se ha convertido en uno de los actores de carácter de mayor peso de Hollywood y todo un ejemplo para los latinos que quieren triunfar en la meca del cine.
Benicio comparte el honor de pertenecer al selecto grupo de puertorriqueños que han conseguido un premio Óscar de Hollywood, en su caso como actor de reparto en 2000 por su intervención en “Traffic”, lo mismo que José Ferrer, que consiguió en 1950 el Óscar como mejor actor por “Cyrano de Bergerac”; y Rita Moreno que lo obtuvo como mejor actriz de reparto, en 1961, por “West Side Story”.
Sus trofeos y reconocimientos son muy numerosos, lo mismo que la multiplicidad de personajes que ha tenido que representar en su carrera, con las ojeras como factor distintivo de un hombre muy atractivo que, además de enorme actor por su profesionalidad, lo es por altura, pues mide 1,88 metros y está considerado como una gran persona.
Entre los múltiples homenajes que han reconocido su valía, del Toro tiene especial aprecio al que le dio la Universidad Interamericana de Puerto Rico, quien le otorgó un grado honorífico “por su aporte a la historia del cine y por la representación del puertorriqueño en las artes”.
“Ahora soy oficialmente un monstruo anaranjado, un tigre (de la Universidad Interamericana)”, comentó el actor tras mostrar su “orgullo” por ese reconocimiento.
Benicio es un actor que ha dado vida al narcotraficante colombiano Pablo Escobar, el “Che” Guevara, al ladrón Frankie “cuatro dedos”, a varios detectives, a un hombre lobo y también a un “sospechoso habitual”, entre otras grandes transformaciones para la gran pantalla, aportando siempre matices de gran valía para los directores que contaron con él.
La interpretación por las venas. De padres abogados, Gustavo Adolfo Del Toro y Fausta Sánchez Rivera, el origen de Benicio es amerindio. Nació el 19 de febrero de 1967 y asistió durante sus primeros años a la Academia del Perpetuo Socorro, en Miramar, Puerto Rico.

A los 9 años sufrió un golpe duro cuando falleció su madre y a los 13 su familia se trasladó a la localidad de Mercersburg, Pensilvania, donde pasó su adolescencia y cursó la secundaria. Aconsejado por su padre inició después los estudios de Comercio en la Universidad de California, en San Diego, pero le empezó a nacer el gusanillo de la interpretación y abandonó esa especialidad para estudiar en Los Ángeles, contando con Stella Adler y Arthur Mendoza como profesores, acudiendo también al Square Theatre School, de Nueva York, sin informar a su familia.
Aunque uno de los rasgos de su personalidad es la timidez, siempre ha pretendido con sus trabajos sacar al actor latino del encasillamiento que durante décadas se le aplicó en Hollwywood.
En el cine su aparición estelar fue con el filme “The Usual Suspects” (1995), con el consiguió el premio “Independent Spirit” al mejor actor de reparto. Después vendrían trabajos como “Basquiat” (1996), de Schnabel; “The funeral” (1996), de Abel Ferrara; “The Fan” (1996), de Scott, y “Fear and Loathing in Las Vegas (1998)”, de Terry Gilliam.

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