Lo que nos aconteció en Fort Lauderdale al abordar una nave de la aerolínea BlueJet lo relatamos con la esperanza, primero, que nuestras autoridades constituidas por el Ministerio de Turismo, Aronáutica Civil (IDAC) y también por las asociaciones de líneas aéreas, Asonahores y las Agencias de Viajes tomen acción para investigar el motivo de este impuesto unilateral. En segundo lugar, para que los viajeros conozcan las condiciones “excepcionales”, que el poder de algunas líneas aéreas inciden sobre los viajeros que desconocen la composición de su boleto aéreo y puedan protestar contra las medidas discriminatorias tomadas contra ellos.
La semana antepasada asistí en Miami con mi familia a la graduación de mi hija Astrid. Los boletos emitidos fueron Santo Domingo-Fort Lauderdale y viceversa. Por una situación inesperada, tuve que cambiar mi vuelo de regreso para realizarlo por el aeropuerto de Punta Cana. La aerolínea me especificó que en el cambio del boleto se incurría en una penalidad de US$175.00 a lo cual, no de muy buen agrado acepté.
El día de mi partida, algo insólito ocurrió. La aerolínea me exigió el pago de US$25.00 adicionales por dirigirme a un destino turístico.
Al alegar que no era un turista y que simplemente retornaba a mi país, fui advertido que si no realizaba el pago, no me permitirían abordar, y además que el mismo debía ser hecho por medio de tarjeta de crédito, ya que ellos no aceptaban dinero en efectivo.
En todos los años que tenemos viajando, no me había ocurrido algo parecido a este extravío decidido por una línea aérea, que se sobrentiende debe estar reglamentada por la Organización Internacional de la Aviación Civil (OIAC), en cuyo reglamento no existe una ordenanza que obligue a un viajero natural del país al cual se dirige, pagar una tasa adicional al precio del boleto original.
No sabemos, si las autoridades dominicanas están conscientes de la discriminación ejercida sobre este destino del país y las exigencias de una Línea Aérea, la cual, en ninguna parte del billete aéreo indica que si se va a cierto “destino turístico”, se debe pagar un adicional sin indicarnos el porqué, no obstante haberle reclamado a la empleada el motivo de tal acción.
Ahora bien, no descartamos la idea de que sean los concesionarios del aeropuerto de Punta Cana quienes exijan esa suma para “compensar” los gastos hechos en la construcción de la nueva terminal, lo cual constituye una violación fragrante y podría conducir a que se origine una contundente protesta que pueda poner en riesgo la actividad turística de la zona.
Cobrarle a cualquier ciudadano que retorne a su país una tasa excepcional porque su destino final es turístico, es una aberración que debe ser investigada para remediar esta iniquidad que puede costarle una disminución de viajeros cuando se aperciban de la discriminación de las cuales son objeto.
Hemos indagado que otras líneas aéreas no cobran esta sobre tasa en su escala en Punta Cana; por lo tanto, le sugerimos a los que deban viajar por ese aeropuerto, que averigüen primero antes de comprar el boleto, para que no tengan que lamentar lo que me sucedió.
Somos de opinión, que las autoridades de aviación civil pertinentes deben hacer una acuciosa investigación de esta denuncia, ya que, hay personas que no poseen tarjeta de crédito o tal vez no cuenten con los veinticinco dólares adicionales que de manera graciosa se le adicionó al costo del boleto. De nuestra parte, vamos a solicitar formalmente a JetBlue que nos justifique esta arbitraria medida y de ser ilegal como hasta ahora creemos, que nos reembolsen el dinero pagado.