Bosch, Balaguer, Peña y el destino. Cena, boxeo y una llamada

Bosch, Balaguer, Peña y el destino. Cena, boxeo y una llamada

Teófilo Quico Tabar

Terminaba el año 1989. La campaña electoral estaba en pleno apogeo. Don Juan y Balaguer encabezaban las preferencias electorales. La lucha iba acrecentando y las actitudes entre los partidarios de unos y otros se hacían cada vez más tensas. Pero un día recibí una invitación de parte de don Juan a una cena en la casa de una persona conocida. Lo cual, por coincidir con la hora de las reuniones diarias para fines fiscales, le informé al Presidente que no iría la próxima noche a su despacho.

Se produjo la cena, en donde estaban varios de los actuales líderes y funcionarios del PLD junto a don Juan y doña Carmen. Luego de muchas conversaciones de diversos temas, me solicitó delante de todos, que le dijera lo que yo pensaba del proceso electoral que se avecinaba, y cuál recomendación podría ofrecerle.

Todos, o algunos de los presentes recordarán que le dije: Como usted sabe mucho de todo, también conoce de boxeo. Y en boxeo se gana por dos vías, o por knockout derribando al contrario hasta que le cuenten diez, o por decisión. Pero la decisión puede ser unánime, cuando todos los jueces lo ven ganador, o dividida, cuando la mayoría lo ve ganador, pero algunos, aunque minoría, lo ven perdedor.

A mi criterio, le dije, usted tiene una buena parte de los 12 round ganados. Eso quiere decir, que lo recomendable sería, hacer como se dice en el argot popular, boxear al contrario. O sea, lanzar golpes y moverse en el cuadrilátero. Mantenerse a cierta distancia del contendor. Evitar la pelea cuerpo a cuerpo, porque peleando de cerca y a puñetazos limpios, se puede producir un golpe bajo, o un golpe ilegal que lo derribe o inhabilite. Porque mientras se averigüe el caso de si fue golpe bajo e ilegal, le estarán contando en su contra.

Alrededor de las 10 de la noche, don Juan se puso de pie para despedirse, y nos dijo: Como Carmen y yo no cenamos a esta hora, nos retiramos. Y en forma de broma expresó: los tragos que no me tomé, que se los beba fulano, refiriéndose a uno de los presentes, y la cena que nos correspondería, que se la coma mengano, refiriéndose igual a otro de sus compañeros. Y se marchó. Los demás nos quedamos hasta después de la cena.

Pero al día siguiente se produjeron dos cosas. La primera fue una llamada que me hizo Tato Medina, un hermano del periodista y hoy diplomático César Medina, para decirme que su gran amigo el general Lachapell, que creo era director del DNI, quería que yo supiera algo importante antes de ver al Presidente.

La segunda, que mientras esperaba en un colmado de cerca de mi casa, para acudir al informe de recaudación a Balaguer, se presentó el amigo Freddy Pérez, quien luego fue ministro de Obras Públicas y otras dependencias durante los gobiernos del PLD, interesado en que le explicara la teoría sobre boxeo que le había expuesto a don Juan la noche anterior. Continuaré. tabasa1@hotmail.com

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