Río de Janeiro. El Gobierno de Brasil presentará el próximo junio, coincidiendo con el Mundial de fútbol, un plan para salvar de la extinción al armadillo en el que se inspira Fuleco, la mascota del torneo de la FIFA.
“El objetivo es sacar al armadillo de la lista de animales en peligro y que pase a categoría de vulnerable. Es un gran desafío”, dijo a Efe la bióloga Flávia Miranda, de la Universidad Federal de Minas Gerais, una de las coordinadoras del proyecto.
El plan de conservación fue delineado en una reunión con 35 investigadores de varias instituciones, coordinada por el Instituto Chico Mendes, vinculado al Ministerio de Medio Ambiente, que tuvo lugar la semana pasada en la Reserva Natural Serra das Almas, en el estado de Ceará (noreste), una de las “casas” del hermano menor de Fuleco.
La mascota del Mundial es precisamente un armadillo de tres bandas (Tolypeutes tricinctus), conocido en portugués como “tatu-bola”, un mamífero endémico del noreste de Brasil cuyo mayor hábitat es la Caatinga, una región árida de matorrales considerada como el ecosistema menos protegido del país.
Para defenderse, este simpático animal de 40 centímetros de longitud se recoge bajo su caparazón formando una bola casi perfecta, con claras reminiscencias futbolísticas.
El armadillo perdió el 50 % de su hábitat el último decenio debido a la deforestación, la caza y la degradación de su entorno, lo que puso en peligro la supervivencia de la especie. Según un artículo científico recientemente publicado en la revista “Biotropic”, sólo está protegida el 4,6 % de la superficie donde vive el armadillo, que suma 731.981 kilómetros cuadrados.
El plan de conservación tiene un horizonte de aplicación de cinco años y, entre otras medidas, propone ampliar las áreas de conservación, crear corredores verdes para unirlas y la financiación de un centro de estudios. “Todos los estudios prioritarios fueron bien contemplados y en dos anos y medio el plan será revisado. La cuestión mayor es la financiación de proyectos”, dijo Miranda, quien también es asesora de la Asociación Caatinga, ONG que implementará el plan.