Río de Janeiro. La selección brasileña femenina de balonmano demostró que no está dispuesta a dejar escapar la oportunidad de proclamarse campeona olímpica ante su público, tras arrancar la competición con un golpe de autoridad al imponerse este sábado por 28-31 a la todopoderosa Noruega.

El resultado refleja el crecimiento exponencial que ha vivido el conjunto brasileño en los últimos cuatro años, en los que ha pasado de ser un simple actor secundario a una de las fuerzas dominantes de balonmano femenino internacional, como atestigua el título mundial conquistado en 2013 Una explosión que tuvo su punto de partida, precisamente, en la derrota que las sudamericanas sufrieron ante Noruega en los cuartos de final de los Juegos de Londres, en un encuentro en el que el equipo brasileño perdió por 19-21, tras desperdiciar una renta de hasta seis goles de ventaja.

Pecado de inexperiencia en el que hoy no volvió a caer Brasil, que supo manejar en todo momento con oficio un marcador en el que ya contaba con una diferencia de cinco goles tantos(6-11) a los 19 minutos de juego. Sustentada en su intensidad defensiva, excesiva por momentos, como demuestra la expulsión por tres exclusiones de la pivote Dara ante de llegar al minuto 20, Brasil maniató de inicio al conjunto noruego, que incapaz de correr al contragolpe, tuvo infinitos problemas para marcar.

La situación pareció cambiar con la expulsión de Dara, uno de los puntales de la defensa brasileña, y que obligó a rebajar a su agresividad defensiva, lo que no desaprovechó Noruega para recortar su diferencia hasta llegar al descanso tan sólo un gol (16-17) por detrás en el tanteador. Marcador que se apretó todavía más al inicio de segundo tiempo en el que las nórdicas, vigentes campeonas olímpicas, mundiales y europeas, lograron igualar la contienda (18-18), gracias a los goles de una cada vez más activa Nora Mork.

Un momento decisivo para Brasil, el momento de saber si realmente las sudamericanas están capacitadas para pelear por el oro en sus Juegos, de conocer si la presión del cartel de favoritas no las superaría en el momento de la verdad. Dudas que se encargaron de zanjar definitivamente tanto la portera Mayssa Pessoa como, sobre todo, la central Ana Paula, máxima anotadora del partido con doce goles, que con sus eléctricas penetraciones destrozó por completo a la defensa noruega. Goles y paradas que permitieron a Brasil alcanzar una máxima renta de seis goles (21-27) a poco más de diez minutos para la conclusión, que las locales supieron manejar con solvencia como reflejó el 28-31 final.