BRISAS : Rafael Peralta Romero, académico

BRISAS : Rafael Peralta Romero, académico

Hace alrededor de dos meses que asistí muy complacida a la incorporación de Rafael Peralta Romero como miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua.
Ya previamente él había ostentado el rango de miembro correspondiente del organismo dominicano, rector de todo lo que tiene que ver en asuntos de idioma, que depende a su vez de la Real Academia Española de la Lengua.
Me parece muy acertada esa escogencia por cuanto Peralta Romero no solo es un escritor de gran calidad, sino que es una autoridad en todo lo que tiene que ver con lo que hablamos y escribimos.
Su discurso de incorporación es una joya, que considero debería ser distribuido entre los profesores y estudiantes del nivel medio y universitario.
El tema abordado fue “Concurrencia de libertades y restricciones en el uso de la lengua española”, donde él compara las reglas del tránsito con las pautas gramaticales.
“¿Quién disfruta conducir un automóvil en una ciudad carente de señales, semáforos o agentes de tráfico?”, se pregunta Peralta Romero para hacer alusión al caso de la tilde, cuyo lugar marca la diferencia en palabras como médico, medico y medicó, entre otras.
El texto, entre otros aspectos enriquecedores, hace alusión al uso que los dominicanos damos a determinadas letras que se usan en otros idiomas, a las palabras que hemos inventado los dominicanos, a los derivados, los vocablos que hemos tomado “prestado” de otras lenguas así como las connotaciones que se dan a determinadas expresiones.
Rafael Peralta Romero hace aportes de manera sistemática al buen uso del idioma, ya que es miembro del equipo que prepara las recomendaciones gramaticales y ortográficas que la Academia ofrece al país a través de Fundéu-Guzmán Ariza y además es autor de una columna semanal sobre asuntos idiomáticos en el periódico “El Nacional”.
Siempre está presto a resolver cualquier duda de manera personal o a través de las redes.
Me cabe el honor de tener en común con Peralta Romero el periodismo y el hermoso quehacer de escribir para los niños. Me encanta su narrativa y lo considero uno de los mejores exponentes de ese género en la literatura dominicana.
Así que, sobran las palabras para decir lo bien que me siento con ese ascenso. ¡Felicidades, amigo!

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