El buen pan es un ingrediente que suele pasar desapercibido en la cocina.
Quizás la razón por la que no se aprovecha al máximo por el desconocimiento de sus virtudes.
Lo cierto es que con esta peculiar fruta, cuya cáscara verde es un poco dura, se pueden hacer diversas preparaciones para salir de la rutina.
De sabor suave, es ideal para degustarse en el desayuno, como acompañante en el almuerzo o como cena. Se puede sustituir por productos como la papa o el ñame.
Su pulpa suave y cremosa hace del buen pan un elemento idóneo para preparar ensaladas, croquetas, pastelón, frituras, puré… incluso hasta postres, como un delicioso flan.
Su forma es ovalada parecida al melón y se dice es nativo de Indonesia, Nueva Guinea, y algunas islas del océano Pacífico. Fue introducido al Caribe por colonizadores ingleses en el 1793. Buen pan, castaña, frutipán, pan de árbol, pan de pobre, mapén y guapén son sólo algunos de los nombres con que se conoce alrededor del mundo. En muchos países caribeños, el buen pan tiene un lugar privilegiado dentro de su gastronomía, tal es el caso de Jamaica, donde se le aprovecha por completo.
Aunque no es común verlos en los supermercados, en los campos es fácil conseguirlos en los mercados o de manera silvestres en los patios de las casas.

Receta

Croquetas de buen pan con bacalao

4 tazas de buen pan
1-1/2 tazas de bacalao desalado y trozado
1 cucharadita de paprika
1 cucharadita de ajo
Sal a gusto
Harina de trigo
Aceite para freír
Preparación. En un envase, mezclar todos los ingredientes bien hasta lograr una masa homogénea. Una vez mezclado, humedezca ligeramente sus manos. Coger aproximadamente dos cucharadas de mezcla y forme las croquetas. Pasarlos por harina de trigo. Seguir con el mismo proceso hasta terminar. Para freír, en una sartén con aceite caliente, echar las croquetas y dejarlas freír hasta dorar. No echar muchas a la vez.