La verdad sobre la prohibición de entrada a Haití impuesta por la administración de Michel Martelly a 23 productos de origen dominicano ha quedado confirmada. Once de los 22 senadores del vecino país, que impulsan un movimiento para que sea derogada esa disposición, atribuyen la proscripción a grupos minoritarios de poder que maniobraron para controlar el mercado y enriquecerse a costa del sufrimiento del pueblo haitiano.
El Gobierno de transición de Haití, que trata de enrumbar a ese país hacia la segunda vuelta electoral pendiente, ha dado muestras de sensatez y de que quiere un acercamiento con la República Dominicana, su socio comercial más importante y cercano. Las autoridades de ambos países han anunciado una próxima reanudación de las abortadas negociaciones encaminadas a través de la Comisión Mixta Bilateral.
La buena voluntad de las autoridades de ambos países puede rescatar mucho de lo que la perversidad de la pasada gestión haitiana ha hecho perder a ambos pueblos, a los dominicanos en términos comerciales, y a los haitianos por condenarlos a pagar sumas abusivas por productos que adquirían a precios moderados cuando se permitía su ingreso desde la República Dominicana. Se trata de dos socios comerciales que comparten una isla y deben caminar juntos en pro del progreso común.

Combatir el zika y sus secuelas

La preocupación generalizada por las graves derivaciones del zika tiene que estar corroborada por acciones concretas de las autoridades sanitarias para garantizar la disponibilidad de medicamentos para atacar casos de microcefalia, Guillain Barré y otras secuelas de la enfermedad. Se requiere una reacción diligente de los padres ante la detección en sus hijos de síntomas sospechosos del virus, y acudir al médico sin caer en pánico o desesperación. Es de importancia vital la atención temprana.
El Ministerio de Salud Pública y el Colegio Médico Dominicano deben unificar criterios para reforzar la orientación ciudadana y la prevención, y verificar el correcto manejo de los protocolos de tratamiento de los casos de zika en hospitales y clínicas. No basta con alarmarse. Hay que actuar a tiempo y con acierto.