El informe Doing Business para 2013, del Banco Mundial, calcula que la competitividad de la República Dominicana declinó cinco lugares en relación con el año pasado. Aunque el dato podría causar desaliento en algunos sectores, la realidad es que el país ha dado pasos notables para mejorar su posición en la materia, pero los efectos positivos de esas acciones no se reflejan en dicho informe, posiblemente porque el mismo está basado en datos del primer semestre del año y proyecciones hacia el segundo semestre.

Pero al margen de lo consignado en ese informe, lo cierto es que el país tiene que aumentar sus esfuerzos para lograr un mejor desempeño interno y un posicionamiento más provechoso en los mercados internacionales. La solución del problema eléctrico, conjurar la parte del déficit fiscal correspondiente a la evasión en el sector fiscal y diversificar la producción hacia renglones de mayor valor agregado, entre otros, son tareas pendientes para lograr avances en competitividad.

El país tiene que considerar que está en una fiera competencia con otras naciones de la región, que participan en igualdad de condiciones en mercados como los de Estados Unidos, Centroamérica, el Caribe y la Unión Europea. La regla de oro es que todo cuanto hemos estado haciendo logre mejorar nuestro desempeño en esa competencia.

DAVID: PODERÍO Y ENTUSIASMO

El poderío del toletero David Ortiz no radica solo en su corpulencia y fortaleza física. Por encima de eso está un entusiasmo que le hace disfrutar todo cuanto hace en el terreno de juego en cada partido y a cada momento. En esta serie, en que se constituyó en motor del triunfo de los Medias Rojas de Boston, Ortiz contagió de entusiasmo y confianza a sus compañeros de equipo, motivando una ofensiva de bateo difícil de contener por los adversarios.

El poder decisivo de David está amparado en promedios de bateo de 733 puntos, 750 de embasado, 1.267 de slugging y 2.017 de OPS. Estos numeritos triplican los promedios que serían considerados buenos en el desempeño de cualquier pelotero de las Ligas Mayores. Eso, y la forma entusiasta y confiada en que se tomó a pecho su trabajo con los Medias Rojas, coloca a nuestro David Ortiz en el pedestal de jugador excepcional, fuera de serie.