De los Servicios de Hoy. Fue el «patito feo» de su especie. En un mundo de exquisitos aromas y sabores, el CCN-51, el cacao clonado ecuatoriano, rechazado en principio por su acidez, conquista a los chocolateros del mundo y emerge como estrella en los mercados del grano.
«¡Ya es apetecido en el mundo!», exclama, victorioso Freddy Bustamante, un empresario de esta variedad de grano que ejemplifica bien el nuevo boom cacaotero, no exento de críticas, en los campos ecuatorianos.
Los productores de la variedad clonada desestiman esas críticas y, sobre todo, la consideran tabla salvadora de un mercado que busca cubrir el déficit mundial, que fue de 174.000 toneladas en 2013, según la Organización Internacional del Cacao.