Calle, familia y niñez

Calle, familia y niñez

Tahira Vargas

En las calles de centros urbanos de diferentes provincias del país se observa a niños, niñas y adolescentes en situación de calle. Población infantil y adolescente desprotegida y vulnerable ante múltiples situaciones de riesgos y abusos, perteneciente al sector poblacional de pobreza extrema.

Su situación de calle muchas veces es una mezcla familia-calle sin fronteras claras ni límites precisos de rupturas entre uno y otro espacio. Encontrarlos en las calles vendiendo distintos artículos, limpiando zapatos, durmiendo o pidiendo para comer no necesariamente significa que carecen de un tejido familiar de referencia desde donde “entran y salen”; “salen” por un tiempo para sobrevivir o por una situación de violencia en la que también pueden ser víctimas sus madres u otros familiares.

La complejidad de la realidad social de la niñez en situación de calle ha sido esbozada por diversas instituciones que trabajan con esta población como: Niños del Camino, Caminante, Acción Callejera, Muchachos y muchachas con Don Bosco, Visión Mundial, entre otros…

En estudios cualitativos que hemos realizado con población infantil en situación de calle identificamos dos abordajes distintos del concepto de familia. Un primer abordaje de la familia asociado a valores, “La familia es estar unido y compartir” y otro de la familia asociado a la satisfacción de necesidades, “es el conjunto de personas que necesitamos”.

Estas dos dimensiones muestran una alta carga de valores desde donde la familia se identifica como el espacio de satisfacción de necesidades materiales, físicas y afectivas. Las necesidades materiales y físicas planteadas en sentido general y las afectivas planteadas desde la formación en valores como la unidad, la armonía, el respeto, la solidaridad, y el amor.

La población infantil en situación de calle entrevistada en diferentes estudios cualitativos y distintos lugares del país muestra una estructura familiar en la que se integran personas que mantienen un vínculo consanguíneo y que no necesariamente residen con ellos. Para esta población la familia trasciende la residencia, aún cuando se entiende que satisface necesidades. Esta visión de la familia permea las relaciones con padres/madres, abuelos/as, tíos, tías, primos/as que residen o no con ellos/as.

“En la familia está la gente que tiene relación con uno de siempre aunque no viva conmigo”. “Mi familia es la gente con quien yo puedo contar, no viven conmigo ahora, pero han vivido y vivirán”. “Aunque mi madre no viva conmigo ella está en la capital trabajando y ella está pendiente de mí”.

Esta población no se identifica “sin familia” sino que muestra un vínculo con el concepto y el tejido de forma dinámica en la que combina sus condiciones, su sostén afectivo y expectativas.

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