Durante el verano en el hemisferio norte, funcionarios del departamento de Justicia estadounidense que trabajaban en una investigación vinculada a títulos hipotecarios de Deutsche Bank AG suponían que el banco resolvería el asunto por entre US$2.000 millones y US$3.000 millones, según personas al tanto del tema.
El mes pasado se conoció, empero, la noticia de que el gobierno había iniciado negociaciones de pago pidiendo U$14.000 millones, una cifra que Deutsche Bank dijo que no pagaría. Esa sorpresa en septiembre enturbió los mercados e hizo bajar las acciones de Deutsche Bank hasta mínimos récord mientras los inversores se preguntaban si acaso la entidad crediticia alemana tendría que recaudar capital para responder a la demanda estadounidense en un momento en que afronta otras investigaciones potencialmente costosas.
No se sabe a ciencia cierta qué fue lo que motivó esta estratagema más alta del departamento de Justicia. Lo que sí se sabe es que, en los meses anterio- res, el terreno se había movido.
Una reorganización en la cúpula del departamento de Justicia puso a otra persona a cargo de las investigaciones vinculadas a títulos hipotecarios. Dicho funcionario, en un discurso reciente, criticó a los bancos que no habían cooperado lo suficiente, diciendo que estaban contribuyendo a su propia desgracia. Hubo otras fuerzas en juego. Se asignaron más fiscales con más recursos a la unidad que dirigía la investigación de Deutsche Bank, en tanto el gobierno siguió adelante con su esfuerzo de hacer rendir cuentas tanto a individuos como a instituciones.
El portavoz del departamento de Justicia, Mark Abueg, declinó hacer declaraciones al igual que Renée Calabro, portavoz de Deutsche Bank.
No es excepcional que el departamento de Justicia inicie negociaciones de pago con una cifra superior a la multa definitiva, dijeron personas al tanto de las conversaciones.
Las partes pueden regatear qué conductas serán admitidas, si las hay, si deben rendir cuenta individuos, y qué parte del total bruto puede incluir otros conceptos que no sean multas en efectivo, como crédito para modificar préstamos.
Menos habitual es que dichas cifras se filtren al exterior en tanto avanzan las negociaciones, como sucedió el 15 de septiembre cuando el Wall Street Journal informó la cifra de US$14.000 millones.
Criterio de Goldman. La cifra no sólo sorprendió a los inversores, sino que también resultó desproporcionada para los fiscales que estaban concluyendo su causa civil contra el banco por su colocación y venta de títulos respaldados por hipotecas residenciales que alimentaron la crisis financiera de 2008. Cinco bancos ya habían establecido acuerdos con el departamento de Justicia por instrumentos y prácticas similares.
Los más recientes fueron Morgan Stanley, que acordó pagar una multa de US$2.600 millones en febrero, y Goldman Sachs Group Inc., que aceptó un acuerdo por US$5.100 millones con el gobierno en abril. A comienzos de septiembre, una revista alemana dijo que Deutsche Bank podría pagar más de US$2.400 millones, utilizando como criterio el arreglo de Goldman y sin revelar su fuente.
Cuando salió a relucir la cifra mucho más alta, Deutsche Bank se puso nervioso. Temeroso de enfadar a los negociadores estadounidenses, el banco trató de obtener una luz verde del departamento de Justicia antes de confirmar la oferta de apertura en un comunicado.