Cambios rutinarios en director policial

Cambios rutinarios en director policial

Ubi Rivas.

Este día tres se cumplieron dos años del Poder Ejecutivo, mediante el decreto 234-15, designó al general Nelson Peguero Paredes como jefe policial, luego Director Policial, conforme a la nueva ley policial, y se presume que de acuerdo a la ley 590-16, artículo 23, especifica que la permanencia en esa posición es por 24 meses, salvo disposición del Presidente de la República.
En sentido general, los jefes policiales se han caracterizado por grandes come cheques, que han aportado magras soluciones al flagelo de la delincuencia, que aunque todos afirman que reduce, la ciudadanía interpreta todo lo contrario, que crece como los espaguettis aquellos.
La responsabilidad de elaborar un diseño para controlar lo más posible la delincuencia, debemos entender que no es solo potestad de un jefe policial, sino del titular del Ministerio de Interior y Policía, que es el superior jerárquico de la institución del orden, pero ahí comienza la deformación de entorno, cuando vemos que los jefes policiales nunca acuden a presentar a diario el informe de las novedades a sus superior jerárquico, sino al Presidente de la República,
Desde hace tiempo, este servidor ha insistido en que para reducir de manera efectiva la delincuencia, es preciso diseñar un programa de Asistencia Barrial, que involucre una unidad en cada sector carenciado de Inespre, Promese, Salud Pública con médicos y odontólogos que provean consultas y entreguen medicamentos vía Promese, CONEP para ofrecer empleos, Sedefir para cobertura deportiva en cada barrio, dirigentes políticos, religiosos y barriales, pero se desdeña la propuesta.
Intensificar el patrullaje es correcto, pero eso es epidérmico, y la terapia para el propósito de reducir la delincuencia, se conjugará cuando se implementen las Unidades de Asistencia Barrial, y todo el resto es pamplinas, aguajes, embustes, politiquería huera y barata

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