Cansancio crónico: tú puedes
llegar a ser otra víctima

<P>Cansancio crónico: tú puedes<BR>llegar a ser otra víctima</P>

ANNA JIMÉNEZ
cienciaplus@yahoo.com
Muchas personas son capaces de tolerar la sobreactividad, y el cansancio resultante de la misma, sin desarrollar trastornos en su salud física. Sin embargo, nadie está exento de padecer un estado de cansancio crónico.

El cansancio como síntoma tiene lugar cuando su magnitud es tal que dificulta continuar con una tarea o imposibilita llevarla a cabo en el caso extremo. Tener menor o mayor cansancio depende de la intensidad y del tiempo de evolución del mismo.

Todos conocemos la sensación de cansancio después de un esfuerzo físico prolongado o luego de un período de trabajo intenso. Este tipo de cansancio es normal y transitorio. Si persiste en el tiempo de manera prolongada, limitando la actividad normal y alterando el estilo de vida de una persona, entonces se convierte en un tipo de cansancio extremo y anormal.

Consideramos al cansancio como una vivencia subjetiva que en su forma de expresión depende del contexto sociocultural en que la persona está inversa. Cuando el cansancio es de corta duración, siempre es mejor tolerado que si el cansancio es permanente. Esto ocurre tanto a nivel biológico como también en los niveles psicológico y social.

En nuestra cultura la actividad está sobrevalorada y queda poco margen para reconocer los excesos de cualquier tipo. Esto se transforma en presión social y en estrés físico y emocional, que no hacen más que exacerbar el cansancio como síntoma.

El modelo para la prevención del cansancio crónico que propongo considera el desarrollo de habilidades para aprender a manejar las situaciones de estrés que llevan a la sobrecarga de la actividad. Para ello se tendrán en cuenta los factores biológicos, psicológicos y socioculturales que intervienen. Se evaluarán las respuestas cognitivas y de comportamiento para elaborar los ajustes y cambios de la conducta necesarios.

Es muy importante tomar un buen desayuno, incluso si no tenemos hambre. Muchos estudios muestran que la gente que desayuna algo cuando se levanta se siente mucho mejor física y mentalmente a lo largo del día. Incluso un grupo de investigadores británicos ha descubierto que desayunar un tazón de cereales reduce sensiblemente una hormona relacionada con el estrés.

Come cada tres o cuatro horas.

Comer algún bocado cada tanto es muy bueno para la salud, ya que mantiene tu azúcar y los niveles de energía estables todo el día. Esto lo recomiendan todos los nutricionistas. Con dos comidas principales y algunos bocados cada tres a cuatro horas uno tiene la energía suficiente para lidiar con todos los gastos energéticos del día.

Pero si uno se pasa, y come demasiado eso es contraproducente, ya que el cuerpo va a demandar más energía para digerir esa inmensa cantidad de alimento.

Los efectos y consecuencias del cansancio son diversos: 

Incapacita para seguir haciendo las tareas cotidianas y repercuten, tanto en el sujeto como en su entorno inmediato.

Prevenir el cansancio crónico exige:

Comprender la vivencia de cansancio extremo como algo ajeno al ritmo de actividad normal; replantear que se puede y que no se puede hacer en forma continuada; desarrollar estrategias para manejar mejor las situaciones que puedan llevar al agotamiento, para contrarrestarlo.

Entre los bocados entre comidas, lo mejor es elegir alimentos con fibra, ya que según estudios médicos entran al flujo sanguíneo de una forma tranquila y lenta, con lo que conseguimos un flujo de energía estable que permanece largo tiempo.

Se recomienda comer entre 25 y 30 gramos de fibra al día, cuando casi todo el mundo no pasa de 10 gramos. Es importante también mantenerse hidratado, o sea consumir mucho líquido.

No hay que olvidarse que la mayoría de los fluidos corporales provienen del agua, la sangre inclusive.

No tomar suficiente agua hace que el corazón trabaje forzado y eso nos fatiga.

El agua también hace que los nutrientes circulen por nuestro cuerpo.

Según recomiendan los médicos, para saber si consumimos suficiente líquido, lo mejor es medir cuanto orinamos.

Deberíamos ir al baño cada dos o tres horas, y la orina tendría que ser de un color claro o amarillo pálido.

No sólo tomando mucha agua tenemos más líquido, se puede consumir frutas jugosas.

Hay que cuidarse de consumir mucha cafeína.

Es normal tomar mucho café en la oficina, a lo largo del día.

Pero no sólo no es recomendable como energizante, sino que es uno de los causantes de que uno se sienta cansado, dicen los médicos.

La cafeína impide descansar bien por la noche, además de que inhibe la sensación de hambre, evitando que se hagan meriendas energizantes.

Lo mejor es tomar poco café, y no tomarlo luego del atardecer, porque sino al otro día estaremos ojerosos.

El café es uno de los principales culpables de los ojos y párpados hinchados.

Energizando la actitud

Estar triste, aburrido, preocupado, enojado y peor, tener estrés general, son también los grandes culpables, según estudios, de llevarse gran parte de nuestra vitalidad a lo largo del día.

Si uno se toma todos estos problemas con sabiduría puede redundar en beneficio para nuestro vigor diario.

Según un estudio reciente publicado en Journal of Personality and Social Psychology  esta “terapia acuática” incrementa de forma exitosa la energía.

Otros consejos que dan los psicólogos y psiquiatras son que uno no se deje estar en su aspecto general.

En la vestimenta, y en el aseado diario.

Si uno se ve al espejo de esa forma, se sentirá cansado.

Tampoco ayuda si uno se encierra en sí mismo y no da a conocer sus sentimientos, no hay que guardarse nada, porque eso repercute negativamente en nuestro cuerpo.

Incluso si uno mantiene un estado de enojo por mucho tiempo hace que el corazón trabaje más y eso genera cansancio.

Hay que dejar pasar los enojos y aprender a perdonar, no sólo nos hace mal mentalmente mantenernos en un estado de enojo, sino que también nos afecta físicamente.

Realizar buenas acciones también aumenta nuestra energía, según un estudio del Journal of Health and Social Behavio.

El trabajo voluntario aumenta nuestra felicidad, nuestra satisfacción con la vida, nuestro auto estima, el sentido de control sobre nuestra vida, la salud física y mejora el humor.

Importante

1.Refrescarse ayuda

Simples actos, como mojarse la cara, tomar una ducha cuando se sienta agotado puede revitalizarle.

2. Influye la ropa

Si se sienta agotado y viste desaliñado, así persistirá su estado, pues el ánimo influye directamente en convertir ese episodio en crisis.

3.   !Cuidado al enorjarse!

Enojarse con frecuencia le ocasionará un estado de cansancio más grave, además de que puede llegar a afectarle físicamente.

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