Cápsulas Genealógicas
Sandalia Duarte Díez: Una existencia enigmática

Cápsulas Genealógicas<BR>Sandalia Duarte Díez: Una existencia enigmática

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De Sandalia Duarte Díez no se ha encontrado ningún tipo de documento oficial, civil o eclesiástico, que confirme su paso por este mundo. No se ha hallado su declaración de nacimiento, ni su acta de bautismo, ni su acta de defunción; tampoco se ha encontrado documento en donde aparezca como testigo presencial de algún acto de la vida civil, ni como madrina de bautismo de algún pariente recién nacido.

 No es mencionada por Juan Pablo Duarte, en ninguna de sus correspondencias, ni siquiera en las que enviara a sus amigos más íntimos y en las que preguntara por sus familiares. No es mencionada por Rosa Duarte en sus Borradores y tampoco en sus apuntes definitivos, publicados estos en diferentes épocas, en la prensa nacional, en la revista Clío de la Academia Dominicana de la Historia y más recientemente en un volumen editado por el Instituto Duartiano, para darlos a conocer a toda la sociedad dominicana. El supuesto rapto de Sandalia por filibusteros americanos, tampoco aparece consignado en las noticias de prensa, ni en los libros de historia, ni en documentos oficiales de la época.

Imaginemos siquiera, que esto hubiera sucedido; que real y efectivamente como se nos narra, la hermana más pequeña de Juan Pablo Duarte”… siendo de poquísimos años fue robada por unos filibusteros norteamericanos…”. Este rapto, si hubiese ocurrido, habría sido tomado por los trinitarios, como una posible acción en contra de Juan Pablo Duarte, para atemorizarlo y hacerlo desistir de sus propósitos, presionarlo al extremo, con la desaparición del familiar más débil, su hermana más pequeña. ¿Creen ustedes que una noticia como esa iba a quedar sin ningún comentario? Que Félix María del Monte, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, por sólo mencionar tres de los amigos del grupo de los trinitarios ¿Iban a quedarse mudos e inmóviles ante una tragedia familiar como esta? ¿Una que envolvía al líder principal, al que era la cabeza del proceso revolucionario que, propugnaba por la separación definitiva de los haitianos, la independencia pura y simple y la formación de la República Dominicana, como nación libre y soberana?

Pero lo más contundente, de todo lo expuesto sobre Sandalia Duarte Díez, es el testamento manuscrito de don Juan José Duarte Rodríguez, ante José María Pérez hijo, Notario público nombrado y juramentado para la Común y resorte de Santo Domingo, el día 30 de agosto de 1843, realizado unos tres meses antes de don Juan José fallecer el 25 de noviembre de ese mismo año. Al testar, declara: “…soy legítimamente casado con la ciudadana Manuela Díez, de cuyo consorcio hemos procreado seis hijos: a saber: Vicente Celestino, Juan Pablo, Rosa, Filomena, María Francisca y Manuel Duarte; estando este emancipado por tener la edad competente para ello”. Después, instituye y nombra: “… por mis únicos y universales herederos a mis legítimos hijos, Vicente Celestino, Juan Pablo, Rosa, Filomena, María Francisca y Manuel Duarte, para que todo lo que se reconozca por de mi propiedad lo hayan gocen y hereden por iguales partes en absoluta propiedad, en la bendición de Dios y la mía”. No menciona a Sandalia como hija de su matrimonio con doña Manuela Díez ni como heredera de sus bienes.

Resulta difícil creer que, un padre como don Juan José Duarte Rodríguez, el mismo que en una ocasión, en que las erogaciones parecía que se acrecentaban, advirtiera: “No puedo sacrificarlo todo por la Independencia de la patria de mis hijos, porque mi esposa y mis hijas no tienen brazos para trabajar”, iba a olvidar a su hija más pequeña, la de más frágil edad para enfrentar la vida, dejándola fuera de la lista de sus hijos procreados con doña Manuela Díez; y de sus únicos y universales herederos de sus bienes, que eran sus legítimos hijos.

Como resulta inexplicable sugerir que, doña Manuela Díez Jiménez, a la hora de partir al exilio con todos sus hijos y sus nietos, iba a permitir, bajo ninguna circunstancia, que su hija más pequeña se quedara en Santo Domingo, sola, sin un familiar cercano y sin patrimonio alguno; o en el caso de la otra versión, mucho menos podemos creer que, doña Manuela, iba a permitir que se quedaran solas, su nuera y sus dos nietas más pequeñas, en Santo Domingo, cuando toda la familia se iba con ella, precisamente a reunirse con Juan Pablo, que ya estaba expatriado en Venezuela y que se uniría a todos ellos en la Guaira.

Debe mencionarse también que, de Vicenta Díez, la supuesta prima de Duarte, tampoco se ha encontrado documento alguno, que testimonie su existencia. Carlos Larrazabal Blanco, en su amplio estudio sobre genealogía de familias dominicanas, no consigna a esta persona en rama alguna en la familia Díez.

Si realmente Sandalia Duarte Díez existió -que dudamos, hasta prueba en contrario, por todo lo antes expuesto-, esta tuvo que haber fallecido en Santo Domingo, antes de que su padre testara y no como se alega, ya que en dicho testamento, Juan José Duarte, tampoco menciona a sus hijos fallecidos para ese entonces, a saber: María Josefa (n. 1810), Manuel (n. 1811-f. 1811), Ana María (f. 1816), Manuel (n. 1816-f. 1818) y Juana Bautista (n. 1824).

Instituto Dominicano de Genealogía idg@genealogiadominicana.com

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