Que los diputados danilistas, junto a su aliado del PRD, boicotearan la primera reunión de la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que estudia el proyecto de Ley de Partidos no fue una buena señal, pues quiere decir que a los partidarios de las primarias abiertas y simultáneas, que ya se dieron cuenta de que su composición no favorece sus intereses, no les gusta jugar en desventaja, mucho menos si saben de antemano que van a perder. El presidente de esa Comisión, Henry Merán, explicó que en ese primer encuentro estaba previsto establecer los “temas fundamentales” del proyecto aprobado en el Senado, en el que inevitablemente se encuentran las primarias de la discordia, pero esa agenda podría quedarse tal y como está, sin agotar un solo punto, si las fuerzas políticas representadas en el Congreso deciden entretenerse con el caramelo con el que el presidente Danilo Medina quiere ganar tiempo y, de ser posible, salvar el pellejo político en caso de que el intento de imponer las primarias abiertas culmine en un rotundo fracaso como todo parece indicar. Hablo de la carta enviada a los presidentes de ambas cámaras legislativas, en la que sugiere la conformación de una Comisión Bicameral que abra un espacio de diálogo y consenso que permita su aprobación en la presente legislatura. ¿Realmente cree el Presidente, quien declaró su preferencia por las primarias abiertas y simultáneas con padrón de la JCE, que puede haber consenso en un tema en el que hay posiciones tan opuestas y antagónicas? ¡Por supuesto que no! Y fue precisamente por eso, Señor Presidente, que los que actuaron en su nombre trataron de imponerlas por encima de la cabeza de todo el mundo. Claro está, las fuerzas políticas en el Congreso están en su derecho si deciden chuparse el caramelo presidencial, pero no podrán alegar luego que fueron engañados como niños cuando se den cuenta de que se quedaron sin pitos y sin Ley de Partidos.