Se estima que cada año nacen en República Dominicana entre 1,200 y 1,400 niños con algún tipo de cardiopatía congénita.
Las causas de esta afección varían, pero todas se deben a un desarrollo defectuoso del embrión durante el embarazo.
César Herrera, médico cardiólogo y director del Centro Cardiovascular del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), explicó que el corazón humano se forma alrededor de los dos meses de gestación, lo que implica que muchas veces la madre no sabe aun que está embarazada, y comete actos o consume cosas que son dañinas para el embrión.
Señaló que el origen de las cardiopatías congénitas comienza con el desconocimiento del embarazo por parte de la madre, seguido de la ingesta de sustancias potencialmente tóxicas que pueden ser desde antibióticos o analgésicos hasta alcohol, cigarrillos y drogas.
Explicó que el defecto también se puede producir espontáneamente por un trastorno genético. Esto significa que los cromosomas, que son las unidades genéticas que crean y forman el cuerpo, pueden alterar algunos órganos del cuerpo, incluyendo el corazón. El más común de los trastornos cromosómicos que produce cardiopatía congénita es el síndrome de Down, llamado trisomía 21, el cual es defecto de un cromosoma que produce cambios que incluyen retraso mental y con mucha frecuencia problemas en el corazón.
Tipos de cardiopatías. El especialista detalló que las cardiopatías se suelen dividir en dos: las que producen cianosis (coloración azul en la piel), que son las más severas, y las que no se asocian a la cianosis.
Las que son conocidas como cardiopatías congénitas cianógenas consisten en un flujo sanguíneo anormal que va desde la circulación pulmonar a la sistémica, pasando a los tejidos sangre no oxigenada adecuadamente, lo que provoca cianosis.
Dentro de este grupo citó como la más frecuente la tetralogía de Fallot, que consiste en cuatro defectos del corazón y de sus vasos sanguíneos.
Dentro de las cianóticas cita también la transposición de los grandes vasos, drenaje venoso pulmonar anómalo total, corazón izquierdo hipoplásico y varias más.
Dentro del grupo de las cardiopatías no cianóticas figuran: comunicación interventricular, estenosis aórtica, estenosis pulmonar, comunicación interauricular y otras.
Detección temprana. El cardiólogo manifestó que en la actualidad se cuenta con técnicas diagnósticas muy simples, como es el ecofetal (ecocardiografía fetal) que detecta estos problemas mucho antes de que el niño nazca.
De su lado, Janet Toribio, jefa de Cardiología Pediátrica del Centro Cardiovascular, dijo que gracias al desarrollo de la ecocardiografía, a partir de los años ochenta ya el diagnóstico prenatal permite saber con antelación el estado cardíaco del bebé.
Lamentó que el país aún se encuentre rezagado en cuanto a estos avances tecnológicos que permiten saber a pocas semanas de gestación la condición del corazón del bebé, al considerar que es necesario el entrenamiento de los médicos obstetras y los sonografistas obstetras.
“Cada mujer embarazada debería hacerse por lo menos una vez un ecofetal” advirtió Toribio, quien especificó que este examen debe ser hecho por un cardiólogo pediátrico para ver exactamente la anatomía y función del corazón y que lo ideal es que la madre se someta al ecofetal a las 22 semanas, pero puede hacerse desde las 16 semanas hasta casi finalizar el embarazo.
Sostuvo que mediante este examen es posible detectar diversas cardiopatías muy serias, pues existen entre siete y ocho tipos de cardiopatías graves que es necesario detectar durante el embarazo, pues debido a su gravedad deben ser operadas antes de los 30 días después del nacimiento.
Toribio enfatizó que de no planificarse y hacerse en ese tiempo, probablemente el niño no logre sobrevivir.
El resto, –alrededor de un 65 por ciento de los casos– puede esperar para ser operado o intervenido por cateterismo –o ambos procedimientos– hasta el primer año.
La doctora sostuvo que luego que la madre se somete a la ecografía prenatal y se determina que su criatura tiene algún tipo de defecto cardiaco, lo primero es determinar cuál cardiopatía tiene.
Si tiene un trastorno del ritmo que esté repercutiendo sobre el corazón del bebé, se debe tratar de manera intrauterina, ingresando a la madre para darle los medicamentos necesarios para mejorar la frecuencia y que no someta al bebé a una falla cardíaca.
Existe otro procedimiento más complejo, que se utiliza para tratar el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico, un raro tipo de cardiopatía congénita, donde una parte del lado izquierdo del corazón no se desarrolla por completo.
Este problema pone en riesgo la vida del niño, impidiendo incluso su nacimiento, por lo que es una condición catalogada por los médicos como crítica y para salvar al bebé deben intervenirlo antes de las 30 semanas de gestación dentro del útero.
Se trata de una observación intrauterina que permite la apertura de la válvula que esté estrecha mediante la punción logrando su apertura, lo que permite que las dos partes del corazón funcionen adecuadamente.
Según señala Toribio, en caso de no hacerse este procedimiento una de las válvulas no se va a desarrollar y el niño termina falleciendo intraútero o inmediatamente nace.
Por el momento en el país solo se realiza el diagnóstico, pero aún no se lleva a cabo este tipo de cirugía intrauterina, por lo que estos casos deben ser intervenidos fuera del país.
La especialista avanzó además que la gran mayoría de las cardiopatías –exceptuando 10 % de ellas– deben ser intervenidas alguna vez en su vida, ya sea por cateterismo o cirugía invasiva.
Incidencia. Herrera detalló que la incidencia de cardiopatía congénita en el país es elevada. Se calcula que entre 1200 y 1400 niños nacen cada año con esta alteración.
De su lado, Toribio señaló que el 1 % de la población general va a nacer con una cardiopatía.
“De ocho a diez nacidos de cada 1000 nacidos vivos va a tener esta condición” dijo la médica.
Aseguró que de esas cifras, el 40 % puede resolverse mediante cateterismo, mínimamente invasiva, sin tener que someterlos a cirugía de corazón abierto; el resto tendrá que ser operado y del 10 al 15 % de esos necesitará una cirugía antes de cumplir los 30 días de vida.