Carlos Santana ha exhibido una creciente disposición para hacer lo que le pida el mánager de los Indios, Terry Francona.
Eso incluyó iniciar un partido en el jardín izquierdo en la Serie Mundial del año pasado, cuando Cleveland no contaba con el bateador designado en el Wrigley Field.
En estos entrenamientos, el dominicano le ha hecho saber a Francona que está dispuesto a jugar en los jardines, de ser necesario.
«No tengo previsto hacer eso», dijo Francona. «Pero no tenía previsto hacer en la Serie Mundial tampoco».
Como se perfilan las cosas ahora mismo, Santana dividirá la primera base con su compatriota Edwin Encarnación, quien firmó un contrato de tres años y US$60 millones con Cleveland durante el invierno. Será una situación similar a la de la temporada pasada, cuando Santana y Mike Napoli (ahora con los Rangers) compartieron la inicial.
Para los Juegos 3 y 5 de la Serie Mundial, Santana inició en el jardín izquierdo con el tal de mantener su bate en el lineup de la Tribu.
Francona no tiene planes de poner a Santana a practicar en los jardines por el momento, pero el capataz no descartó esa posibilidad para más adelante en los entrenamientos.
De cualquier manera, Francona agradece la actitud de Santana.
«Es bueno sabe que él está dispuesto a hacerlo», dijo Francona. «Es increíble su actitud. No ves a los veteranos (ofrecerse así).
«Parece que él se encuentra en un buen lugar y es divertido estar en su alrededor. Le gusta lo que hace».
De su parte, Santana afirma que estará preparado para cualquier cosa.
«Eso pasó en la Serie Mundial del año pasado», dijo el quisqueyano. «Si él necesita que juegue (en los jardines), estaré listo».
Dixon Machado inquieto. «Simplemente tengo ganas de jugar», dijo el prospecto venezolano de los Tigres. «Quiero que ya empiecen los partidos».
Bajo situaciones normales, Machado hubiese llegado a los entrenamientos primaverales en forma luego de ver acción en la pelota invernal de Venezuela. Pero el torpedero no participó en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional este invierno, debido a que el país se ha vuelto peligroso y le preocupa la seguridad de su familia. Hasta los jugadores que no son superestrellas están expuestos.
Hace dos años, la familia de Machado fue víctima de dos robos diferentes mientras el infielder jugaba por los Leones del Caracas. En invierno pasado, el oriundo de San Cristóbal vio largas filas para comprar alimentos. No es preciso ser superestrella para correr peligro en Venezuela.
«Uno quisiera regresar [a Venezuela] cuando se termina la temporada [de Grandes Ligas]», dijo Machado, quien acaba de cumplir 25 años de edad. «Pero no se puede».
En lugar de ello, este invierno Machado permaneció en Lakeland en la Florida, sede de pretemporada de los Tigres, donde compró una casa para su esposa y su hijo y se dedicó a entrenar. Machado subió de peso y se fortaleció físicamente, minimizando así lo que quizás sea su punto más débil como jugador.