Carta a mi hermana, a la moral y a la ética en las ONG

Carta a mi hermana, a la moral y a la ética en las ONG

Mi queridísima Celeste: Al tú asumir la posición de directora ejecutiva del Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones Sin Fines de Lucro del Ministerio de Economía, conociéndote más que nadie y sabiéndote hija de tu padre, sabía que enfrentarías con valentía y firmeza toda la podredumbre de malos manejos y corruptela que se presentan en ese sector. Evidentemente, esto es algo con lo que no comulgas y de lo que no puedes hacerte la vista gorda, pues quieras o no, tú perteneces a una ¨aristocracia de apellido¨.
Recuerdo cuando se decía: «en esta familia, no hay ladrones, ni prostitutas», queriendo destacar que no había mancha moral que afectara la dignidad del grupo, librando de ultraje a los antepasados y honrando el presente. Quiero dejar dicho que me enorgullece poder afirmar que tus actos pueden ser examinados por todos lados sin mácula. Un ejemplo más que válido fue tu paso durante 32 años por el Banco Central donde fuiste una funcionaria muy prestigiosa que salió por la puerta grande con la frente muy pero muy en alto, y, respecto de tu conducta y accionar en esa institución hay muchos que aun están ahí para atestiguarlo o desmentirlo.
Sabemos que para llegar a la virtud de lo ético, lo decente y lo decoroso, debemos armarnos de sentimientos fuertes de integridad, abriendo horizontes de plena salud moral. Esta idea debe alimentarse ausente de pensamientos idealistas pero sí con esperanzas. Por todo lo anterior quiero que sientas la seguridad de que es mejor actuar con decorosa rectitud, para fomentar relevantes perspectivas de valores morales sobre todo en esta sociedad hoy tan necesitada de valores de integridad y de decencia como los tuyos. A esa gavilla carroñosa, rapiña arribista, trepadores sociales impenitentes, como aquel trivial segundón buscador de recursos, voraz y sempiterno, un reptiloideo, confeso mandadero económico de otras gestiones, que ha tenido la desdicha de que se ha encontrado hoy con alguien como tú, que no ha transigido con su deshonesta acostumbrada práctica, porque vienes de una formación familiar basada en la moral y la ética. A él, el difamador, personaje camaleónico, lo sabemos primario y corrupto desde su infancia por sus carencias sociales no resueltas.
Tú, la única hija, la preferida del ¨padre de la Ética en Dominicana¨ no podrías jamás ser parte de turbios manejos y por eso te felicito de corazón y no sabes lo orgullosos que nos sentimos todos en la prosapia Silié de origen y los que se han unido a ella. Mi hermanita, hoy representas orgullosamente parte de la dignidad que le queda al país, tu conducta acrisolada es ejemplo para todos, la dignidad y el decoro no se comercian en esta familia. Doy fe pública, de que tus detractores, esos consuetudinarios malversadores de los fondos públicos expulsados con sus ONG no pulcras, se equivocaron de personaje, tú no eres negociable, ni con extorsiones ni con prebendas, eres un verdadero orgullo nacional. Incólume, mi hermana Celeste, nuestra genética familiar es de otra pasta. ¡Mirabile visu!

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