Carta Pastoral afirma Eucaristía permite reconocer y enfrentar estructuras pecado

Carta Pastoral afirma Eucaristía permite reconocer y enfrentar estructuras pecado

La Conferencia del Episcopado Dominicana expresa en su Carta Pastoral que la Eucaristía permite reconocer y confrontar las estructuras del pecado, representadas en la violencia social e intrafamiliar, los feminicidios, abusos a menores, el tráfico de seres humanos, de drogas y de armas, así como la corrupción, la impunidad y la manipulación en la administración de la justicia.
En el documento, emitido a propósito del Día de la Altagracia y denominado “La Eucaristía, fuente de comunión e impulso de la misión social de la iglesia”, también se presentan como estructuras del pecado la carencia de solidaridad y las degradaciones en contra de la dignidad humana.
“Cristo resucitado presente en la Eucaristía actúa como urgencia de renovación”.
En la Carta Pastoral también se plantea que la Eucaristía es un sacramento de sanación, y como tal capaz de exorcizar a quienes sufren perturbaciones u obsesiones del maligno.
“Continuamente nos llegan testimonios de personas que son sanadas física, psicológica y espritualmente a través de la Eucaristía, sea en una celebración de la misma o ante el Sagrario.
“Hay hombres tan profundamente agresivos y violentos, capaces hasta de cometer feminicidios, pero con decisión clara de liberarse han incluido en sus terapias las visitas a Jesús Eucaristía y han logrado su sanación”.
En el documento eclesial también se explica el sentido social de la Eucaristía, y en ese sentido se afirma que, en una sociedad donde prevalece el egoísmo, la persona eucarística trabajará para que el principio de la comunión dirija las relaciones sociales, culturales y económicas.
“En efecto, cuando se instaura en la sociedad el principio de la competitividad se generan relaciones de fuerza y poder, donde los más débiles llevan las de perder.
“Todo esto no es algo espontáneo y exige un trabajo incansable de parte de los discípulos de Jesús. La Eucaristía tiene un gran potencial crítico, social, político y religioso, ya que pone en tela de juicio cualquier situación que se oponga al Reino de Dios”.
En el contexto de la compasión y la misericordia en el documento se plantea que las muchedumbres hambrientas y sedientas de pan, de dignidad y de Dios acceden también a la mesa eucarística.
“Para la Iglesia la caridad no es una especie de actividad de asistencia social, sino que pertenece a su misma naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia.
“La acción social y caritativa es parte de la misión evangelizadora de la Iglesia, que ha hecho una opción preferencial por los pobres”, afirma el documento.

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