Casi un tercio de homicidios son clasificados erróneamente

Casi un tercio de homicidios son clasificados erróneamente

Entre el 30 a 40% de las muertes por homicidio son clasificadas erróneamente como accidentales o naturales mientras el servicio de medicina forense no cuenta con suficiente personal y equipo, así como independencia para realizar su trabajo lo que limita las investigaciones criminales.

Así se establece en el informe sobre los problemas de seguridad ciudadana elaborado por la firma Giuliani Security and Safety (GSS) que dirige el exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudolph Giuliani.

Al referir la clasificación de las muertes, el informe indica que en ocasiones cuando una persona muere en el hospital días después por heridas causadas en un hecho violento, la muerte es certificada por infección u otra causa médica, no así como homicidio.

También apunta que se requiere contar con un servicio de medicina forense independiente y la causa de muerte solo debe ser determinada por un patólogo certificado.

Resalta un nivel de ocultamiento en las estadísticas pues mientras las cifras de homicidio en la oficina de patología van en aumento, las de la fiscalía y la Policía bajan.

En cuanto a las limitaciones de personal y equipos, cita que la oficina central solo cuenta con los recursos básicos para la realización de los exámenes forenses requeridos.

Existen oficinas forenses en San Francisco de Macorís, Santiago, Santo Domingo, Azua, y San Pedro de Macorís. Sin embargo hay escasez de patólogos, por lo cual el examen puede tardar hasta dos o tres días.

El informe apunta que se requiere una oficina en San Cristóbal debido al alto número de casos de muertes violentas que suceden en esa demarcación.

Señala que la Policía es la primera en ser notificada de cualquier delito, lo cual permite manipular un crimen o una escena, así como el proceso de recolección del cuerpo. Se pierde tiempo en notificar a los patólogos mientras los cuerpos pueden tardar cuatro o cinco horas tirados en las calles.

Fiscales. El informe también refiere la corrupción de fiscales, quienes supuestamente en ocasiones negocian con reclusos o sospechosos para obtener dinero o menores condenas. Dice que pocos fiscales son procesados.
También que los fiscales a veces tienen que encargarse de cualquier caso porque no están especializados y la cadena de custodia no funciona y perjudica a una gran cantidad de casos.

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