Celebremos con júbilo el natalicio de Juan Pablo Duarte y Díez, símbolo del patriotismo nacional

Celebremos con júbilo el natalicio de Juan Pablo Duarte y Díez, símbolo del patriotismo nacional

El 26 de enero de 1813 es una fecha que todos los dominicanos y dominicanas amante de la libertad, democracia y de la soberanía nacional debemos celebrar con júbilo, por lo memorable y trascendente para el país, pues en ese día nació en la Zona Colonial de Santo Domingo el niño Juan Pablo Duarte y Díez, insigne dominicano que siendo un jovencito concibió y luchó junto a los demás trinitarios para dotarnos de la patria que hoy disfrutamos, con un desprendimiento y honestidad inigualable; por el solo interés de vivir en un país libre e independiente de toda potencia extranjera, con dignidad y decoro.

La historia nacional da a conocer que el niño Duarte hijo de una familia clase alta de época, comerciante de la Zona Colonial, se convirtió en un joven prominente de la sociedad dominicana de entonces, dotado de una educación elevadísima, que contó con el apoyo y recursos de sus padres para costear sus estudios en Europa y Estados Unidos, hablaba cinco idiomas (latín, inglés, francés, portugués, alemán y español), tenía una gran sensibilidad social, masónico, adquirió una conciencia patriótica, de pensamiento liberal. Poeta romántico, le gustaba tocar guitarra, piano, flauta, hacía deportes, trabajó un tiempo con su papá en el negocio de madera que poseía, tuvo dos novias conocidas, una vida social activa e influyente en su círculo, escribías y dirigía obras de teatro con fines educativos y cultural con el propósito de reclutar jóvenes para la causa y fue un oficial activo de la Guardia Nacional.

Visualizador del proyecto de la guerra de separación de Haití y la creación de la República Dominicana, conquistó y organizó a jóvenes talentosos para fundar junto a 8 jóvenes más el histórico y significativo movimiento político Sociedad Secreta La Trinitaria el 16 de enero de 1938 en la casa de Josefa Pérez de La Paz (Chepita) en la calle Arquillo, hoy Arzobispo Nouel, frente a la Iglesia del Carmen, en donde firmaron su sangre el juramento de luchar por la separación de la isla y fundar la República Dominicana, que más tarde disolvieron por la traición de uno de ellos, creando luego la entidad cultural y educativa, La Filantrópica, de carácter público y, también, La Dramática, de teatro en donde los mismos trinitarios eran actores para llevar el mensaje de independencia.

La realidad de ese momento histórico obligó a Duarte y demás trinitarios hacer una alianza con los hateros para lograr la separación de Haití y fundar la República Dominicana, y luego aliarse con los haitianos liberales que luchaban contra Boyer en Haití, respaldando la “Revolución Reformista” que llevaron a cabo contra Jean Pierre Boyer en 1843 para que ellos apoyaran al movimiento independentista que encabezaban Duarte y Santana en contra de Boyer aquí, para separar la parte oriental de la isla de Haití, logrando materializar el 27 de 1844 el con el trabucazo que hizo el patricio Matías Ramón Mella en la Puerta del Conde.

Duarte y sus compañeros de lucha, los trinitarios (los liberales, burguesía y pequeña burguesía de la época) tuvieron grandes desacuerdos con los hateros, (los conservadores, terratenientes de entonces,) por los intereses encontrados que tenían y defendían. Hubo desacuerdos en quién sería el presidente o quiénes dirigirían el país. La alianza entre esos dos sectores antagónicos traía consigo desde su inicio la lucha de intereses entre ambos, como se observa a lo largo de la historia. Sus antagonismos lo llevaron al terreno del poder, imponiéndose la mayoría de las veces los sectores conservadores con mañas, trucos, recursos y poderíos del mundo hasta hoy día.

Lo primero que hicieron fue desterrar a Duarte, exiliarlo, maltratar a otros trinitarios, adueñarse del poder con los conservadores Tomás Bobadilla y Pedro Santana al frente, y a partir de ahí ya conocemos la historia de desgracias que ha vivido el país
Hijo de Juan José Duarte de ascendencia español-catalana y de la dominicana-seibana Manuela Díez Jiménez con varios hermanos pasó de ser un niño y joven rico con todas las comodidades y posibilidades, terminó su vida muriendo en las condiciones más deplorables en Venezuela en 1876 a los 63 años, llegando a contraer hasta tuberculosis. Ese fue el precio que pagó por su firme y desinteresada postura histórica –heroica, sacrificando las finanzas de su familia, su talento y bienestar personal para separarnos de Haití y fundar nuestra República Dominicana.

Por esas poderosas razones es que tenemos el deber morar de celebrar por lo alto sus 2006 años de nacimiento, enseñando a nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes, que su natalicio no puede pasar desapercibido en la sociedad, porque de ser así, seríamos unos ingratos, pelafustanes y desconocedores del mayor ejemplo de civismo en la sociedad. Es un compromiso emular su ejemplo de desprendimiento, honestidad y patriotismo en momento de tanta carencia de amor a la patria. Realmente, Duarte es el símbolo del patriotismo nacional.

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