Austin, EE.UU. Al menos 18 personas, cinco de ellas menores de edad, estuvieron en contacto y expuestas al paciente diagnosticado el martes con ébola en la ciudad estadounidense de Dallas, en Texas, aunque ninguna muestra síntomas del virus, según informaron hoy las autoridades de este estado.
Estas personas se encuentran “bajo supervisión médica”, pero no en cuarentena, ya que el riesgo de propagación es muy bajo, según las autoridades.
“Esto no es África Occidental. Esto es una ciudad muy sofisticada y un hospital muy sofisticado”, aseguró en rueda de prensa David Lakey, el comisionado del Departamento Estatal de Servicios de Salud (DSHS) de Texas, con el objetivo de disminuir la alarma creada.
El martes, las autoridades confirmaron el primer caso de ébola diagnosticado en Estados Unidos, del que no se ha informado ni de la identidad ni la nacionalidad, pero sí de su estado, que es “grave pero estable». Se trata de un hombre que, según las informaciones difundidas, trabajaba en Liberia, uno de los principales focos del virus en África, pero que el 20 de septiembre viajó a Estados Unidos, donde viven sus familiares.
Las autoridades confirmaron, durante la rueda de prensa, que cinco de las 18 personas que tuvieron contacto directo con el paciente son menores en edad escolar y que no fueron apartados de sus centros educativos hasta la mañana de hoy. “Algunos estudiantes estuvieron en contacto con el paciente y ahora están en casa bajo supervisión”, explicó el gobernador de Texas, Rick Perry, quien abrió la rueda de prensa.
El organismo encargado de la supervisión tanto de los menores como de las otras trece personas es el Servicio Humano y de Salud del condado de Dallas, que alertó que, si no se siguen las recomendaciones, “serán impuestas medidas más estrictas». Perry se mostró “confiado” en que el equipo de profesionales “altamente preparados” del Hospital Presbiteriano de Dallas, donde está ingresado el paciente, “tendrá éxito en esta misión».
“Hay pocos lugares en el mundo mejor preparados para enfrentar este desafío”, aseguró el gobernador, al admitir que su deseo es que el caso hubiera sucedido en “cualquier otro lugar”, “pero el hecho es que está aquí».
El paciente acudió al hospital el pasado viernes, “sin síntomas específicos”, por lo que le prescribieron antibióticos y lo enviaron a casa, afirmó Mark Lester, vicepresidente ejecutivo de Texas Health Resources (compañía propietaria del centro médico) “El hecho de que hubiera estado en África recientemente “no fue un factor en la toma de decisiones”, aseguró Lester.
Entre el viernes y el domingo, cuando el paciente volvió a ingresar al desarrollar síntomas más agudos, mantuvo contacto con varias personas, entre ellas los menores.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 3.000 personas han muerto por la epidemia del ébola, la inmensa mayoría en Liberia, Sierra Leona y Guinea.