A pesar de muchos logros reconocibles en materia de educación, salud, servicios para atender emergencias y otros, alcanzar la paz como signo de tranquilidad y bienestar sigue siendo cima no escalada entre los dominicanos. A propósito del próximo aniversario de la Independencia nacional, la Conferencia del Episcopado Dominicano ha emitido un mensaje en el que desglosa las causas que han imposibilitado el logro del aspirado estado de bienestar físico y espiritual entre los dominicanos.

Corrupción en múltiples ámbitos, falta de equidad y exclusión en la distribución de la riqueza, clientelismo político y otros elementos forman parte del desglose sin desperdicios que hace el Episcopado de las causas de malestar, de falta de paz, con el agravante de que los dominicanos no saben a qué atenerse ni a quién acudir para contrarrestar estas perturbaciones de la paz espiritual y el bienestar material.

Y entre todas esas dificultades destaca la inseguridad de los ciudadanos, indefensos ante una violencia institucionalizada que no da tregua. No hay un dominicano que no haya sido afectado directamente, o por lo menos salpicado, por un acto de violencia delictiva. Y la impunidad agrava aún más el estado de indefensión de la gente por un déficit de voluntad institucional responsable que dé la cara por una sociedad que no sabe qué hacer ni a quién acudir.

REBELDÍA POR UNA MALA CAUSA

Entre las causas de renuencia de los partidos a someterse a regulación por ley podría estar el hecho de que pueden salirse con las suyas sin mucho esfuerzo. Veamos un ejemplo que podría encajar en el aserto anterior. La Cámara de Cuentas auditó las cuentas del PRD y determinó que esta organización no pudo justificar con documentos el gasto de RD$1,200 millones que utilizó entre 2009 y 2012. Y ni corta ni perezosa, la dirigencia alegó que los comprobantes de ese gasto habían sido sustraídos en una de las refriegas de esa organización.

Es muy probable que una ley de partidos hubiera previsto consecuencias para una organización que asumiera una conducta tan libertina en el gasto del dinero de los contribuyentes y que luego se despachara con la excusa de una sustracción que no ha demostrado ni probado. ¿No les parece?