Cheo Feliciano brilló más allá de la salsa

Cheo Feliciano brilló más allá de la salsa

Cheo Feliciano, cuya tesitura y versatilidad lo convirtieron en uno de los más reconocidos intérpretes de salsa, brilló en diversos géneros como boleros, sones y chachachá gracias a sus cualidades interpretativas.

Feliciano, quien dio vida a éxitos como «Una en un millón», «Mi promesa», «Ausencia» y «Contigo aprendí», anunció a mediados del año pasado que padecía «una forma de cáncer tratable» y también pasó más de dos semanas hospitalizado por una pulmonía. La muerte, empero, lo sorprendió la madrugada del jueves en un accidente automovilístico en San Juan. El cantante de 78 años iba solo en su Jaguar sin cinturón de seguridad cuando se estrelló con un poste de luz, dijeron las autoridades.

Oriundo de la sureña ciudad de Ponce, donde recibió a temprana edad su primera instrucción en la Escuela Libre de Música, José Luis Ángel «Cheo» Feliciano nació el 3 de julio de 1935 en una familia humilde cuyo sustento era el de su padre carpintero. Ante la falta de empleo la familia tuvo que emigrar a Nueva York para mejorar su situación económica cuando Feliciano era un adolescente.

Feliciano tenía claro que quería ser músico y al poco tiempo de llegar a la ciudad comenzó su carrera, como percusionista en el grupo Ciro Rimac’s Review. También fue así como se hizo amigo de Machito, Tito Puente y Tito Rodríguez, con quien participó en su célebre orquesta como percusionista y vocalista.

En 1957 un solo día marcó la vida de Feliciano: el 5 de octubre se casó por la mañana con la bailarina puertorriqueña Socorro «Coco» Prieto León y fue admitido como vocalista en la banda de Joe Cuba para dar, esa misma noche, su primer concierto. Tras la presentación de seis horas con Joe Cuba, pudo partir a su luna de miel con Coco, con quien permaneció casado hasta el día de su muerte.

Un año después fue editado el primer álbum que grabó con Joe Cuba: «Joe Cuba Sextet. Cha Cha Cha’s To Soothe The Savage Beast».

Con Joe Cuba también participó en los álbumes «Steppin’ Out», «El Alma Del Barrio/The Soul of Spanish Harlem» y «We Must Be Doing Something Right», entre otros. Los jóvenes músicos lograron ganarse el gusto del público estadounidense con su fórmula bilingüe y partió a giras por el país.

En 1967 Feliciano se separó del sexteto y colaboró en el disco de Eddie Palmieri «Champagne», pero tras esta afortunada participación enfrentó una crisis personal por su adicción a la heroína, lo que le llevó a retirarse por casi tres años de la luz pública. Feliciano se refugió en Puerto Rico, donde se rehabilitó en la institución Hogar Crea. Tras esta experiencia continuó apoyando a adictos en rehabilitación.

 

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